El coronavirus sumergió a todo el planeta en una “nueva normalidad”. ¿Significó un respiro para la naturaleza?, ¿impuso cambios duraderos en nuestros hábitos y en la relación con el medio ambiente? Recorremos los grandes temas del año en imágenes.
El 11 de marzo de 2020, y tras meses de propagación sin control, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba la pandemia por covid-19. El planeta quedó bajo estado de alarma, se impusieron medidas como el confinamiento y el distanciamiento social. No pudimos reunirnos con amigos, ir al cine, salir a correr, ir a clases, sentarnos en un bar. En estos meses de incertidumbre, vivimos experiencias que quedarán grabadas para siempre:
1. La pandemia de la distancia social (por el distanciamiento con la naturaleza)
Primera medida en pandemia, el distanciamiento social. Pero nuestro primer distanciamiento fue con el medioambiente y eso propició el desencadenamiento de la pandemia: el informe “Covid 19, llamado urgente para proteger a las personas y la naturaleza” de la organización ambientalista World Wildlife Fund (WWF) señala que la deforestación y la expansión de actividades agrícolas y ganaderas no sostenibles, entre otros factores, impactan en la aparición de enfermedades zoonóticas, es decir, transmitidas de animales a personas. ¿Os suena de algo?
2. Cuando te pidieron #quedateencasa
Entre las primeras imágenes que dejaba la pandemia se encuentran las de las calles vacías en ciudades hasta entonces invadidas por el hormigueo constante de peatones, coches, turistas, oficinas, locales comerciales, gente de compras. Milán, Londres, Madrid, Buenos Aires… gigantescas urbes que parecían estar bajo un hechizo que dejó millones de vidas retenidas entre paredes. Frente a la situación imperante, poco a poco se instaló la revalorización del campo, lo rural, el aire libre, la naturaleza. Tener un balcón se convirtió en el bien más preciado por esos días, pero poder pasear por lugares abiertos al aire libre lo fue aún más.
3. Los animales, protagonistas
En abril se alcanzaba el millón de infectados en el mundo. Mientras, teléfonos móviles, redes sociales y televisores se inundaban de imágenes de animales que parecían adueñarse de calles y mares vacíos de actividad humana. Jabalíes, osos, delfines, ciervos, vacas, ballenas, aves ¿eran un signo de recuperación de la naturaleza? Aunque se extendió la idea de que el planeta estaba teniendo un respiro, la ilusión no duró mucho. Los animales volvieron a quedar arrinconados por el hombre y los niveles de contaminación se normalizaron.
4. El valor terapéutico de los balcones
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Una de las postales del 2020 que quedará en nuestra memoria colectiva será la de los balcones al inicio de la pandemia, cuando el aislamiento social despertó un sentido de comunidad adormecido. Los balcones y terrazas dejaron de ser espacios sólo para poner plantas y se adueñaron de ellos los aplausos a las 20 horas para el personal sanitario. También la música, con canciones como Resistiré como himno. ¡Y hasta la gimnasia! Tal como se ve en los balcones de Milán del video. Durante minutos y a veces hasta horas, fueron espacios donde compartir con vecinos que quizás jamás hubiésemos conocido si no fuese por la pandemia.
5. Una nueva conciencia: no hay planeta B
Perdimos mucho este año, pero con el encierro ganamos tiempo. Tiempo para reflexionar, para aprender, para plantearnos interrogantes. Y tuvimos tiempo para prestar más atención a lo que sucede en el planeta. El discurso de muchas organizaciones sociales y ambientales se expandió por el mundo de muchas y creativas maneras. Es el caso del espacio colaborativo español Proyecto UNITARIA, de Galicia, que en tiempos de confinamiento encontró en las proyecciones en el muro de un edificio un canal muy original para concienciar.
6. La cultura como motor del bienestar y el aprendizaje
Y un día nos dimos cuenta también de la importancia de la cultura en nuestro bienestar. Empezamos a pasear online por galerías y museos abiertos a la virtualidad. La lectura, el cine, el teatro ocuparon nuevos espacios. Según la UNESCO, la cultura engloba, además de las artes y las letras, «los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias». Poco a poco pudimos festejar la reapertura de espacios culturales y sus novedades. Y hubo sorpresas, como la del Nuevo Museo de Cera de Barcelona, cuyas estatuas de la ambientalista Greta Thunberg y el gorila Copito de Nieve dieron la bienvenida a los visitantes tras el confinamiento.
7. El año en que extrañamos los abrazos
Y a nuestros padres. Y a nuestros abuelos. El contacto con nuestros seres queridos en general. La fuerza vital que reside en un abrazo está más que probada: nos dan confianza, mejoran nuestro estado de ánimo, fortalecen el sistema inmunitario, nos rejuvenecen.
8. La importancia del movimiento
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Encierro casi claustrofóbico para algunos; para otros el estrés en las interminables horas de trabajo de hospital. ¿El salvavidas? El movimiento. Aunque la broma más fácil era señalar los «kilos de más» que nos dejaría la pandemia, rápidamente comprendimos la importancia del ejercicio físico en el día a día y los beneficios que produce en nuestra salud física y mental. En el video, enfermeras de Washington cortan su extensa jornada para hacer un poco de yoga y estiramiento.
9. Un planeta en llamas
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En un mundo casi paralizado, el fuego no se tomó licencia. Los incendios son un grave problema ambiental que en 2020 condenó a miles de hectáreas de bosques al infierno. Según Greenpeace, sólo en Argentina se desmontaron 38.852 hectáreas de bosques nativos entre el 1 de enero y el 30 de junio.
La galería de imágenes de Instagram muestra los incendios en la ciudad serrana de Carlos Paz. Como muchos, su autor, el fotógrafo Juan Data (@mrjuandata), se lamentaba: «Hoy no me voy a dormir tranquilo porque sé que no le estamos dando verdadera importancia a nuestros problemas ambientales. Destruir lo que es de todos para el beneficio de unos pocos, una corriente que está creciendo no sólo acá, sino en todo el país».
10. El humor, ese gran motor de salud y conexión
11. Tsunami de mascarillas y guantes en los océanos
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