El hambre cero es un objetivo de la ONU para el 2030. Existen pequeñas acciones que podemos realizar desde nuestros hogares para ayudar a cumplir esta meta.
La alimentación es clave para el desarrollo de las personas. Una buena nutrición, desde niños, es lo que en buena medida va a marcar nuestro futuro, por esto es tan importante también para el desarrollo de la humanidad. Pero 800 millones de personas pasan hambre todos los días en nuestro planeta.
Para contribuir a que esto cambie, hay pequeñas acciones que podemos hacer. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) nos brinda recomendaciones a seguir para que ayudemos a cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible de hambre cero hacia el 2030.
1. Raciona mejor tus compras y alimentos
Por año, se tiran 1.300 toneladas de alimentos a la basura. Reducir el desperdicio de comida ayudaría a que haya menos hambre en el mundo.
Para ello, preocúpate por planificar mejor tus compras en el supermercado y racionar bien los ingredientes cuando preparas algún menú. Esto evitará que los excedentes terminen en el cesto o que se se venzan productos en tu alacena.
2. Dona los alimentos que te sobren
La donación es una de las acciones más recomendadas por la ONU. Lo puedes hacer acercando alimentos a instituciones benéficas, como comedores, bancos de alimentos u organizaciones de vecinos. Asegúrate de entregar siempre productos en buen estado y que no se encuentren vencidos.
También puedes apoyar a programas de asistencia alimentaria, ya que estos tienen una mayor penetración en las comunidades vulnerables.
Otra vía es donar alimentos a comedores de escuelas de países en vías de desarrollo. Cuando las escuelas dan alimentos, aumenta el número de sus matrículas. Con eso se logra un doble impacto: más niños en el sistema educativo y alimentación garantizada para estos alumnos.
Termina con la indiferencia. Si ves a alguien que vive en la calle y pide tu ayuda, no dudes en compartirle un plato de comida, una fruta, agua o dinero. Negar esta realidad no soluciona el problema.
3. Apoya a las economías regionales
De manera indirecta, puedes combatir la lucha contra el hambre comprando productos regionales. Esto ayuda a mantener economías pequeñas y sus sistemas productivos, lo que garantiza trabajo y alimentación para las familias que dependen de este tipo de empleos.
También puedes ofrecer trabajo voluntario para compartir conocimientos. Muchos de estos productores necesitan nociones básicas de contaduría, comunicación en Internet y redes sociales, recursos humanos o redacción.
Por otro lado, si eres empleador, preocúpate por la alimentación de tus empleados. ¿Cómo? Garantiza salarios mínimos y brinda ayudas alimentarias y escolares. De esta forma, beneficias a muchas personas.
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