En 2020, sorprendió a los científicos la aparición de un agujero de gran tamaño en la capa de ozono sobre el Ártico, que se cerró un mes después. El fenómeno volvió a tener relevancia por el fin de año y es interesante conocer qué fue lo que pasó.
En marzo de 2020 preocupaba la aparición de un nuevo y gran agujero en la capa de ozono sobre el Polo Norte. La aparición de esta brecha sorprendía a la comunidad científica por su tamaño y se hablaba de una abertura sin precedentes sobre el Ártico.
El récord de tamaño no demoró en confirmarse. A principios de abril, la Agencia Espacial Europea (ESA) declaraba que se trataba de una abertura de cerca de un millón de kilómetros cuadrados.
El fenómeno encendió las alarmas de los científicos del planeta, pero pocos días después este agujero comenzó a cerrarse. Para el 23 abril, este gran agujero de ozono en el Ártico ya no existía más.
¿Qué pasó con el agujero de ozono en el Ártico?
A modo de balance de fin de año, el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera Copernicus (CAMS) publicó el informe «Una mirada retrospectiva al monitoreo de la atmósfera en 2020», que puso nuevamente en relevancia en los medios el tema del agujero de ozono en el Ártico. Y vale la pena conocer qué fue lo que pasó.
La aparición de pequeños agujeros en la capa de ozono del Ártico es frecuente, pero nunca se había dado en tal magnitud. El CAMS aseguraba que por primera vez se podía hablar de un verdadero hueco en la atmosfera del Polo Norte.
Este agujero no se produjo por contaminación y su cierre no se dio por la reducción de emisión de gases contaminantes por la cuarentena ocasionada por la pandemia de coronavirus. Según los investigadores, todo obedeció a cuestiones meteorológicas.
El fenómeno se dio a causa de un viento fuerte que atrapó una gran masa de aire frío de la superficie helada del Ártico. Se generó así un vórtice polar con suficiente fuerza para abrir un agujero en la capa de ozono presente en la atmósfera.
Este vórtice polar duró más tiempo de lo que usualmente suelen durar estos fenómenos. Desde el CAMS explicaron que cuando las condiciones climáticas cambiaron, el agujero de ozono sobre el Ártico se cerró.
Básicamente, lo que ocurrió fue que disminuyó la intensidad del viento y subieron las temperaturas en superficie. Se dio una ola de calor de unos 20 grados centígrados. Estos cambios dieron como resultado que el 23 de abril el agujero de ozono del Ártico se cerrara.
El agujero de ozono que preocupa
Pese a este fenómeno extremo y único, es frecuente que se abran pequeños agujeros sobre la capa de ozono en el Ártico. Estos huecos suelen ser pequeños y se cierran rápidamente. Pero el agujero en el manto de ozono que preocupa está en la Antártida, en el Polo Sur.
La brecha de la Antártida está presente desde hace 35 años en la atmósfera y su cierre no aparece en el corto plazo. Desde la Organización Mundial de la Meteorología (OMM) aseguran que a niveles globales la capa de ozono viene presentando una leve recuperación.
Desde el 2000, el agujero de la capa de ozono se achica en valores entre el 1% y 3% cada 10 años, según la OMM.
Pese a que este agujero continúa en la Antártida, su crecimiento no ha avanzado. Esto se debe básicamente a la prohibición del uso de clorofluorocarbonos (CFC), un compuesto químico que estaba presente en la mayoría de los productos relacionados con aerosoles, solventes y refrigerantes.
La venta de productos que contenían CFC fue libre por décadas. De hecho, este químico estaba presente en muchos de los insumos que utilizábamos en la vida diaria de nuestros hogares. El uso de los CFC se prohibió en 1996.
La función de la capa de ozono es clave para la vida en la tierra. Este gas presente en la atmósfera actúa como un manto protector contra la radiación ultravioleta que proviene del Sol. Las predicciones más optimistas de la OMM indican que este agujero podría cerrarse recién en el 2050.