¡Comienza por casa! La moda puede ser algo en lo que uno puede ahorrar bastante dinero si presta atención a su propio armario. Existen algunos tips que te pueden ayudar a hacer un uso más eficiente de éste y evitar desperdicios.
La economía en general y en los hogares, en particular, se ha vuelto actualmente un tema muy complejo, y no son pocas las ocasiones en las que administrar nuestros recursos puede ser un verdadero dolor de cabeza. Pero siempre hay un margen de libertad que nos permite modificar ciertas costumbres para ahorrar mejor. Por ejemplo, en el ámbito de la vestimenta.
La ley de oferta y demanda que dirige el mercado no funciona siempre de la misma manera. Mejor dicho, debido a su naturaleza cambiante, permite fluctuaciones bien concretas. Por ejemplo, el caso de la moda. En los últimos diez años ha cambiado el balance entre la cantidad de oferta y demanda: la primera es mucho mayor que la segunda, y las marcas han tenido que actualizarse para generar más ventas.
Hasta (y durante) la década de los 90, la gente optaba por desembolsar una buena cantidad por una prenda de larga duración, en lugar de comprar algo barato pero de mala calidad. Actualmente, por el contrario, el mood general consiste en acumular para el presente.
Ese estado de ánimo está en gran parte influenciado por el bombardeo de publicidades que nos arrojan por todos los medios posibles; el más importante, como sabemos, son las redes sociales. Los influencers (de ahí su nombre) promocionan innumerables productos nuevos que, en teoría, necesitamos para mejorar nuestras vidas, y terminamos comprando cosas incluso sin estar del todo seguros de su utilidad.
En la medida en que esos gastos no representen un perjuicio, la cosa anda bien. El problema es cuando nuestra economía no es capaz de soportarlos, y eso es algo cada vez más común en los tiempos que corren. Es menester, pues, saber distinguir qué necesitamos y qué no, para evitar perder dinero inútilmente.
¿Nunca te has preguntado por qué tienes la sensación de que sobran prendas en tu armario? Es probable que sí, y también lo es el hecho de encontrarte con ropa que hace años no utilizas o incluso sin estrenar.
¡Es momento de comenzar a trabajar en nuestro orden para reducir gastos partiendo de ese rinconcito privado que es nuestro armario! ¿De qué manera empezar?
¡Pequeños hábitos, grandes ahorros!
A pesar de que nuestra casa es ese lugar donde somos plenamente libres para hacer y ser lo que queramos, eso no impide (quizá, incluso, promueve) que comentamos errores que nos perjudiquen a nosotros mismos, errores tontos y evitables.
Cada parte de nuestro hogar se utiliza con una función particular. Por ejemplo, nuestro armario. ¿Qué hacer con él para volverlo más sostenible?
1- Decluttering: reduce, despeja y organiza el contenido de tu guardarropa una vez cada dos meses, cuando menos. Ubica cuidadosamente tus prendas para evitar un desgaste impropio y hacerlas durar más. Si hay algo que hace mucho tiempo no usas y no tienes pensado hacerlo en el futuro inmediato, guárdalo en una caja bien cerrada fuera del armario. También puedes pensar en obsequiar eso que no usas, o venderlo, o reciclarlo. No importa la decisión que tomes, por algún lado obtendrás recompensa. Por último, ¡tener un guardarropa ordenado te ayudará a no repetir tus compras!
2- Lavado: el modo en que lavas tu ropa influye también en el ahorro. Utiliza tu lavarropas preferentemente después de las 20 hs o bien temprano por la mañana. Eso hará que el costo de tus facturas se vea bastante reducido. Asegúrate además de poner bastante ropa y no dejar el tambor con mucho espacio libre. Los lavados deben ser de corta duración y con agua más bien templada o fría. Intenta no lavar tan seguido prendas que admiten un uso prolongado, como son los jeans y otro tipo de pantalones.
3- Reciclaje: reciclar no significa simplemente separar algo y guardarlo en un sector especial para la basura, sino también reutilizar. Dale una segunda oportunidad a la ropa que ya no usas o que sientes que pasó de moda. ¡Utiliza tu imaginación!
Parecen acciones irrisorias, pero notarás el cambio pasados un par de meses, no solo en lo estético sino también en lo económico.
Estos son, a decir verdad, pequeños pasos, pero los primeros hacia una moda realmente sostenible. ¡Solo en retrospectiva nos daremos cuenta de su valor en el camino hacia un planeta más habitable!