La guerra no cesa y se expande en todos los frentes, una verdadera alarma ha sido declarada. Falta la comida y falta el dinero… ¿Hacia dónde vamos?
Hemos tomado conciencia de ello, de nuestro alarmante contexto, y día tras día nos acercamos cada vez más al borde del precipicio. Lamentablemente, mirada desde cualquier ángulo, la situación no deja de tornarse cada vez peor.
Recientemente el Fondo Monetario Internacional, a través de sus representantes, intervino para dar su opinión sobre la coyuntura actual. Por desgracia, lo que los representantes dieron a entender con sus expresiones no fue para nada agradable de escuchar.
Su descripción del panorama actual, que incluye la pandemia por COVID-19 y la guerra en Ucrania, fue cuando menos aterradora. Pronosticaron asimismo escenarios incluso más destiladores, pudiendo el decrecimiento alcanzar hasta 143 países.
El peor y más factible riesgo es el de llegar a una economía totalmente fragmentada, con consecuencias realmente devastadoras. Esto quiere decir que existe la posibilidad de que el mundo entero caiga en la pobreza.
Lo que nos aguarda a causa de la guerra
Por desgracia, luego de la terrible pandemia del COVID-19 que sufrió todo el planeta, y con lo que está generando actualmente la guerra, el poder adquisitivo global ha caído considerablemente.
Al día de hoy, casi la totalidad de los países desarrollados atraviesa el fenómeno económico de la inflación. Es decir, el aumento generalizado y continuo de los precios ha generado que la moneda pierda parte de su valor real, como ocurrió en los años ochenta.
En opinión de los expertos, esta situación se prolongará durante más tiempo, y es precisamente esto lo más preocupante. Pero aunque los países desarrollados están en grave estado, son los países pobres los que padecerán las peores consecuencias.
La suba de los precios en alimentos y fertilizantes ha generado un aumento exponencial en el número de familias que apenas llegan a fin de mes. Se trata de una verdadera crisis alimentaria que comienza de a poco a despertar otro temor: el de la revuelta.
Una situación que se sale de control
Con el objetivo de aliviar tensiones y de este modo calmar el malestar extremo que vive la sociedad, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, dio a conocer las medidas concretas que se llevarán adelante para socorrer y dar apoyo a las familias en dificultad.
En este sentido, Kristalina ha hecho algunas declaraciones a la prensa, dejando en claro que lo principal es:
«Mantener el comercio abierto, sostener a las familias vulnerables, garantizar un aprovisionamiento agrícola suficiente y afrontar las presiones financieras«.
La situación está efectivamente empeorando y lo que cada uno de nosotros desea es que pase lo más pronto y en el mejor de los modos posibles.