La expansión de ardillas introducidas en territorio argentino preocupa a las autoridades. El impacto de estos roedores se registra en varios puntos del país.
¿Ardillas belgas invaden Argentina? Sí, se trata de la ardilla de vientre colorado, originarias del sudeste asiático, pero que fueron ingresadas al país irresponsablemente.
Según el Ministerio de Ambiente de Argentina, en 1970 un ciudadano belga llevó 10 ardillas a su estancia, ubicada en la provincia de Buenos Aires, porque le hacían recordar a su país natal.
Al cabo de un tiempo, se cree que algunas se escaparon o fueron liberadas, comenzando a reproducirse primero por toda la zona, y luego llegando a otras provincias como Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Hoy se estima que la población de ardillas asciende a 100.000 individuos.
A mediados de abril de este año, el Ministerio de Ambiente declaró a estas ardillas como especie exótica invasora en todo el territorio argentino.
Como sucede con toda especie extranjera, si se introduce en un ecosistema donde no tiene depredadores y logra adaptarse con éxito, la población aumenta. Es algo que se puede medir con el paso del tiempo.
Y es exactamente lo que ocurrió con estas ardillas, que se han ido multiplicando durante 50 años, es decir, desde que ingresaron al país. Y esto no es culpa, claro está, de estos animales, sino de la irresponsabilidad de una sola persona que dio inicio a esta bola de nieve creciente.
¿Y cómo van llegando a otros puntos del país? Nuevamente, la irresponsabilidad humana. Según las autoridades, como es un animal carismático la gente quiere adoptarlas como mascotas y se las lleva a otras provincias.
Pero son animales salvajes, por lo que terminan soltándolas o se escapan. Y así, la rueda sigue girando y su población invade nuevos ecosistemas.
Las autoridades advierten sobre varios tipos de daños. En principio afectan a la biodiversidad local, ya que hay más de 650 especies viviendo en los ecosistemas afectados.
El Ministerio de Ambiente informó al medio local Pagina 12 que recibió denuncias por roturas de cableado (de luz, teléfono, televisión, vehículos) y sistemas de riego. Desde el Gobierno indicaron que las ardillas muerden los cables porque necesitan desgastar sus dientes, de allí las roturas.
También hubo denuncias por rotura de tejados en algunas propiedades, el consumo de cosechas o descortezamiento de árboles, entre otros daños.
Los ciudadanos que conviven con las ardillas han manifestado que muchas veces saltan los fusibles porque los animales mueren electrocutados. Incluso han encontrado a muchas de ellas ahogadas en tanques de agua.
Además de este tipo de daños, el Ministerio advierte que estas ardillas pueden portar una bacteria que causa leptospirosis, una enfermedad infecciosa que puede afectar a la salud humana si no es tratada adecuadamente.
La irresponsabilidad de algunos genera estos graves impactos y los principales afectados son los ecosistemas, los humanos y los mismos animales invasores, que no tienen la culpa de haber sido trasladados de hábitat.
Por eso, el Ministerio recordó que el traslado y liberación de esta especie es ilegal. Y en caso de avistar a alguna de estas ardillas se debe hacer la denuncia para que el Gobierno se encargue de su control.
En este momento, lo más importante, consideran, es bajar la curva de crecimiento y alertar a la ciudadanía para que actúe responsablemente.
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