Son muchos los daños cometidos por la contaminación. Entre ellos, el calentamiento global deja notar sus graves consecuencias alrededor del mundo. Este animal ya no puede vivir del modo al que está acostumbrado.
Hay que proteger y preservar la naturaleza, pero todavía hay quienes no aceptan esta premisa y eligen vivir a expensas de los demás. Este animal corre el riesgo de extinguirse por el calentamiento global y hay razones dadas por la contaminación del aire, según cuenta la ciencia, que en condiciones normales nunca hubiera ocurrido.
Hay que resaltar, antes que nada, cuáles son las implicancias del calentamiento global. Lo primero que viene a la mente es el evidente aumento en la temperatura.
Pero no acaba allí, la migración de especies es una de las consecuencias indirectas de los aumentos de las temperaturas: buscan ambientes más frescos y templados. Pero no todos son capaces de afrontar viajes largos y pueden morir en el traslado a gran altitud.
Es precisamente por su conformación física y docilidad que no existen posibilidades de adaptación. Aunque siempre ha sido inofensivo y ha rondado los bosques en tranquilidad, corre el riesgo de extinguirse por la altitud.
Calentamiento global: el peligro para las especies
El esfuerzo físico y la resistencia pone en entredicho la integridad de este animal. Además, la naturaleza está en un estado que evidencia que el supuesto equilibrio natural puede ser trastocado. Hay que conocer las consecuencias de la contaminación, más allá de cuestiones morales, es parte de lo que hace falta para salvar el planeta.
El animal en cuestión es el colibrí. Vive en ambientes frescos, pero no fríos. El problema es que los lugares que habita se acaban caldeando y debe trasladarse.
El mayor problema es su incapacidad para resistir la migración. Su complexión no le permite mantener el calor necesario para su supervivencia y es casi imposible que logre adaptarse a nuevos nichos ecológicos.
Aunque es un pájaro, la excesiva altitud es un gran problema para él. El metabolismo requerido para mantener la temperatura es algo que le falta y, además, la escasa presencia de oxígeno, no ayuda en nada al débil cuerpo del animal.
No hay que esperar más para adoptar la revolución verde y salvar el planeta. Unos pocos gestos diarios pueden marcar una gran diferencia.