Si creías que la diversidad sexual no existe en los animales, la realidad es que sí. Te contamos por qué la ciencia considera natural elegir compañeros del mismo sexo.
En la naturaleza abundan los animales que eligen compañeros del mismo sexo. En algunos casos, son conductas sexuales. En otros, se forman parejas que hasta llegan a criar hijos.
El estudio del comportamiento animal aún tiene muchas aristas que no han sido del todo desarrolladas. Por eso, la observación de las conductas en donde los animales eligen compañeros del mismo sexo es relativamente reciente.
Si bien los humanos estudiamos a los animales desde hace siglos, por mucho tiempo las percepciones estuvieron atravesadas por los estudios de Charles Darwin. Luego de la publicación de “El origen de las especies» se dio por sentado que todas las especies, para asegurar su supervivencia, deben reproducirse; y, por lo tanto, lo “natural” era que todas fuesen heterosexuales.
Pero los científicos han comenzado a contradecir esta premisa. O al menos a discutirla.
El comportamiento de los animales en cautiverio
Probablemente, las observaciones realizadas en los zoológicos no sean necesariamente naturales porque, se sabe, allí los animales no actúan de manera natural por su cautividad.
De igual manera, han servido para llamar la atención respecto a conductas que han intrigado a los investigadores. Tal es el caso de una pareja de pingüinos machos en un zoo de Berlín que incubó un huevo abandonado y posteriormente crió al polluelo hasta que fue adulto.
Los pingüinos se caracterizan por elegir compañeros para toda la vida. En este caso, los dos machos han estado juntos durante muchos años, a pesar de que hay otras hembras en el lugar. Además, los cuidadores del zoo habían observado a esta pareja intentar incubar una piedra, por lo que el deseo de ser padres era muy grande.
También se han reportado casos similares en otros zoos del mundo, donde otras especies de pingüinos han elegido a compañeros del mismo sexo.
Aunque, por su situación de cautividad, no puede saberse con certeza a qué se deben estas elecciones, las observaciones se contrastan con otros animales que viven en estado salvaje. Y esto hace coincidir a muchos científicos en que la homosexualidad y la bisexualidad también existen en la naturaleza.
Casos de diversidad sexual de animales en estado salvaje
Observar a los animales en sus hábitats naturales requiere mucha dedicación y paciencia por parte de los etólogos que los estudian. Las conclusiones llegan después de muchos años de trabajo y recolección de datos.
Así, ya existen algunos estudios que demuestran que existe la diversidad sexual en las diferentes especies de animales.
En un estudio publicado en Research Gate (sitio online de colaboraciones científicas), la etóloga e investigadora Guillermina Alcaraz, de la Universidad Nacional Autónoma de México, estima que un 20% de las aves y mamíferos estudiados muestran alguna forma de actividad homosexual.
Según la investigadora, esto se ve reflejado en conductas como los cortejos, donde el objetivo es llamar la atención de potenciales parejas por medio de movimientos y expresiones corporales. Y se ha observado, por ejemplo, patrones especiales de cortejo en avestruces macho o en ciertas hembras de macacos. Los primeros realizan una danza muy distinta a la del cortejo heterosexual; las segundas, por su parte, juegan a esconderse y encontrarse.
Otras conductas entre parejas de un mismo sexo son las muestras de afecto, como lamerse y rozar sus cabezas (leones), acariciarse y acicalarse (monos). Delfines y ballenas de un mismo sexo se acarician y friccionan utilizando sus aletas o el cuerpo. También se han visto muestras de afecto en morsas, elefantes africanos, cebras o manatíes.
En su estudio, Alcaraz describe también casos de contactos sexuales y cópulas, y la formación de parejas homosexuales asociadas para el cuidado de crías. La duración de los vínculos, en estos casos, está acorde a lo que la especie hace con parejas heterosexuales.