Los diamantes y la mantequilla de maní pueden tener más en común de lo que piensas. Un experimento llevado a cabo en un reconocido centro de investigación lo ha confirmado.
Muchas personas aman la mantequilla de maní por su sabor y sus propiedades beneficiosas, sobre todo para las personas que realizan deportes. Además, puede ser empleada en diversas recetas, aunque no solamente sirve para alimentarse. A partir de un experimento conducido en un laboratorio, fue posible crear a partir de ella algo en extremo precioso y poco común: ¡un diamante! A continuación te contamos cómo fue posible lograrlo.
La mantequilla de maní se obtiene a partir de las semillas del cacahuete gracias a su trituración y molienda. De este modo se obtiene una pasta color marrón de sabor levemente salado. ¿Cuál es la razón por la que los deportistas la adoran?
No es ningún secreto que la mantequilla de maní contiene una gran cantidad de nutrientes, sobre todo de proteínas que favorecen la reconstrucción muscular. Para lograr un cuerpo fuerte y resistente, es necesario también ingerir una suficiente cantidad de grasas, y este producto las proporciona en grandes cantidades, junto con el ácido linoleico y la fibra.
Ahora bien, esta pasta no solamente tiene propiedades alimenticias, sino que también puede ser utilizada para ayudarnos a conocer mejor nuestra realidad. ¡Aquí te mostramos un experimento que no te imaginabas!
Un uso alternativo de la mantequilla de maní: ¡lo que la ciencia puede lograr!
Muchas veces no tenemos en cuenta que los inventos humanos que nos maravillan provienen todos, en última instancia, de la naturaleza. Pero a pesar de nuestra capacidad de invención, siempre existen usos que no conocíamos y que, gracias a la ciencia y sus experimentos, es posible materializar. Por ejemplo, el de crear un diamante a partir de la mantequilla de maní.
Cabe señalar que, a pesar de su rareza y su valor, los diamantes poseen una estructura molecular bastante elemental. De hecho, se puede producir a partir de la mezcla de átomos de carbono con algún otro tipo de materia orgánica, ¡incluso la mantequilla de maní!
El descubrimiento fue realizado por el profesor Malcolm McMahon, quien trabaja en la Universidad de Edimburgo. El experimento necesario para llegar a ese resultado consistió en comprimir las partículas de mantequilla de maní a 5 millones de atmósferas, algo que sólo podía lograrse en un laboratorio. La rareza de los diamantes se debe, precisamente, a que ni en el centro de la Tierra existen presiones semejantes.
A partir de la presión ejercida sobre el material, fue posible, pues, alcanzar esas condiciones físicas que dieron lugar a la formación de un diamante. Vinculado con esto, el científico alemán Dan Fros, fue capaz de lograr la síntesis de diamantes gracias al mismo material sujeto a experimentación, esto es, la mantequilla de maní.
En fin, cuando se unen la naturaleza, la ciencia y una mente creativa, es posible alcanzar estas proezas impensadas antes de realizarse. Si te gustó esta curiosidad que compartimos contigo, ¡te esperamos para muchas más!