Si bien los alimentos envasados son muy prácticos, tienen un lado desconocido. De hecho, la mayoría de las veces no alcanza con leer la etiqueta del envase. Existen algunos ingredientes poco saludables que son verdaderamente un problema a la hora de identificarlos. Veamos de qué se trata.
No es que los alimentos envasados representen algo diabólico. No obstante, la producción industrial a gran escala ofrece un cuidado superficial y masivo a sus productos casi por definición. Pero a pesar de que es imposible volver en el tiempo y preparar todas las comidas en casa y con productos frescos, tampoco deberíamos hacer ciertas concesiones.
Los alimentos producidos en cadena contienen un gran número de sustancias artificiales como conservantes, colorantes y aromatizantes, con el objetivo principal de conservar el producto por mucho más tiempo. Hay que tener en cuenta, asimismo, que debe viajar varios kilómetros antes de llegar a la góndola de nuestro supermercado de confianza.
No obstante, debemos cuidar nuestro cuerpo y tratarlo con la atención que se merece en cualquier situación. No podemos llevar adelante una conducta superficial pues en algunos casos atenta contra nuestra naturaleza. Entonces, ¿cómo adquirir productos industriales que no perjudiquen nuestro organismo? El tema es complejo y la solución no es fácil.
De hecho, la mayoría de las veces no alcanza con leer la etiqueta del envase. Existen algunos ingredientes poco saludables que son verdaderamente un problema a la hora de identificarlos. Veamos de qué se trata.
Los ingredientes que debes evitar cuando compras alimentos envasados
Ahora que sabes que tienes la posibilidad de dejar donde estaban algunos productos poco saludables, intentemos comprender resumidamente qué sustancias hay que evitar incondicionalmente.
Edulcorantes artificiales y polioles: Sustituyen el azúcar clásico, injustamente prohibido en las dietas. Estas sustancias, por su parte, debido al hecho de ser artificiales podrían generar aquello que en teoría combaten, es decir, pueden hacernos subir de peso más que el azúcar. También aumentan los niveles glucosa, incrementando el riesgo de diabetes.
Aceites vegetales y grasas trans: a pesar de que las grasas trans han sido casi erradicadas y reemplazadas por aceites vegetales, éstos no hacen que los productos sean más saludables. De hecho, ambos ingredientes contribuyen a la formación de inflamaciones y enfermedades cardíacas. Si vas a comprar un paquete de papas fritas o galletas, fíjate atentamente si entre sus ingredientes hay aceites vegetales o grasas trans.
Saborizantes artificiales: a decir verdad, no sabemos todavía qué son, no hay ninguna explicación precisa acerca su categoría, es decir, si es una sustancia natural o artificial. Justamente por este motivo, algunos saborizantes podrían producir serios daños a la salud de nuestro cuerpo.
Glutamato monosódico: es un ingrediente que realza el sabor de las comidas, entre ellas las papas fritas. No obstante, en muchas ocasiones las etiquetas enseñan algunos de sus “sinónimos”, tales como ácido glutámico, proteínas hidrolizadas o extracto de levadura. No existe una opinión unánime acerca del glutamato, y sin embargo se lo suele asociar a la obesidad, las cefaléas, cansancio, desorientación, depresión, palpitaciones, pérdida de sensibilidad y hormigueo.
Hay más…
Colorantes artificiales: Son las sustancias más consumidas por los niños, y los vuelve hiperactivos y distraídos. Pero además de la cuestión comportamental, los colorantes son la causa de diversas reacciones alérgicas debido a que los grandes productores de alimentos los emplean en exceso.
Fructosa: Ésta es la alternativa por antonomasia del azúcar y se halla casi en todos los alimentos. No obstante, es perjudicial para nuestro hígado, pues luego de su metabolización puede generar disfunsión y convertirse en grasa.
Conservantes: Sabemos de sobra cuál es su función y que son dañinos para nuestro organismo. De todos modos, existen muchos. Entre los más peligrosos se hallan los de las gomas de mascar, BHA y BHT, que a largo plazo pueden causar trastornos neurológicos, de conducta, hormonales, disfunciones metabólicas y cáncer.
Nitritos y nitratos: Son empleados sobre todo para los embutidos. Su efecto real en la salud es incierto, pero no obstante pueden resultar cancerígenos. Si deseas evitar llevar a tu boca embutidos con nitritos y nitratos, sólo debes leer la etiqueta: pueden aparecer con su nombre completo o sus equivalentes numéricos: E249 E250 para nitritos, y E251 E252 para nitratos. Si lees esto, puedes dejar en paz ese sabroso y reluciente jamón en el mostrador.