Sé cuidadoso a la hora de elegir tus productos en el supermercado. Un dato perturbador te puede hallar de improviso.
Ir al supermercado se está volviendo todo un desafío para muchos por culpa de las constantes subas en el precio de los alimentos. El problema es que este fenómeno afecta a casi la totalidad de los artículos, no solo a aquellos cuyas materias primas provienen de Europa del Este. Esto por la sencilla razón de que el transporte se encarece cada vez que los combustibles aumentan.
Todo contribuye, entonces, a que las etiquetas de las góndolas muestren precios cada vez más elevados. A esto se suma, además, la especulación de los productores que no hacen ningún esfuerzo por bajar esos precios. Por el contrario, garantizan sus ganancias con aumentos muchas veces injustificados. En otra oportunidad hemos mostrado cuál es la mejor manera de ahorrar en las compras, pero ahora tenemos otro consejo útil que sí o sí debes implementar.
El diablo está en los detalles. A qué prestar atención
Si bien es recomendable buscar ofertas y no dejarse engañar por los empaques llamativos de las marcas más conocidas, también es cierto que no deberíamos preocuparnos solamente por ahorrar dinero. Además de estar atentos a las mejores promociones, controlando solamente la fecha de caducidad, es importante cuidar nuestra salud. De lo contrario, aquello que nos ahorramos en comida podríamos terminar pagándolo en el médico.
La carne es uno de esos productos que no duran mucho sin echarse a perder. Los fabricantes, a veces, suelen agregarle conservantes y aditivos que cambian el color para hacerla parecer de mejor calidad de lo que es. Es por ello que no sólo hay que controlar la fecha de caducidad sino también cuáles son los componentes agregados. Esto es importante ya que podrías ser alérgico a alguno de ellos y por descuido no advertirlo de antemano.
La mejor forma de prevenir problemas de salud y llevar cosas de calidad es analizar en detalle el contenido impreso en la etiqueta: procedencia, almacenamiento y elaboración. Estos son los datos, además de la fecha de caducidad, que te permitirán saber qué estás llevando exactamente. Este control se debe hacer también con las compras en línea y no solo con los alimentos del supermercado.