No son pocos los aspectos que se ven intervenidos por el cambio climático, y las consecuencias ya se están percibiendo hace rato, aunque podrían acrecentarse con el tiempo. Las garrapatas son una de ellas. ¿La razón? Pues bien, no es para nada compleja.
Uno de los efectos más devastadores del cambio climático es el aumento paulatino de la temperatura, que afecta no solo a los ecosistemas sino también a nuestra propia salud. El calor excesivo es perjudicial tanto para nuestro cuerpo como para nuestra salud mental. Tener que soportar más de 30 grados durante mucho tiempo no solo altera el ritmo circadiano normal, sino que podría generar problemas más graves, sobre todo en el caso de los más jóvenes.
Es que las altas temperaturas son insufribles por momentos, y a pesar de que la preocupación ética por el cambio climático es alarmante, más lo es el padecimiento de sus consecuencias directas. Tanto es así que el calentamiento global, según lo señaló la Universidad de Stanford en 2018, podría llevar a mucha gente al suicidio.
En fin, no son pocos los aspectos que se ven intervenidos por el cambio climático, y las consecuencias ya se están percibiendo hace rato, aunque podrían acrecentarse con el tiempo. Las garrapatas son una de ellas. ¿La razón? Pues bien, no es para nada compleja.
Las garrapatas prefieren el calor ¿Cómo incide el cambio climático en su comportamiento?
Estos insectos que viven a base de la sangre de otros animales son parásitos de gran peligro, no solo para nuestras mascotas sino también para nosotros. Pertenecientes a la familia de los arácnidos, son transmisores de graves enfermedades infecciosas, entre ellas, la enfermedad de Lyme, que puede ser bastante severa debido a sus efectos sobre los órganos internos y el sistema nervioso.
Las garrapatas no son un problema cuando estamos en los meses otoñales o invernales. La situación se vuelve más complicada cuando llega el calor, y es en verano cuando más sufren los gatos y perros. A causa del cambio climático, sin embargo, la temperatura media podría aumentar en las próximas décadas, y ahí es cuando las garrapatas pueden llegar a ser realmente peligrosas, ya que su proliferación se vería propiciada por un clima más templado durante todo el año, incluso en invierno.
Ya se ha observado, de hecho, un aumento en el número de garrapatas en zonas del planeta donde no era común, como en Canadá. Esto debido a que la temperatura mundial ha ido subiendo poco a poco, lo que ha provocado que incluso las regiones más frías tengan que lidiar con un problema que no les era en absoluto familiar.