Una empresa australiana desarrolla modelos de casa de carbono positivo, un esquema de construcción que podría ser las bases de ciudades más sostenibles.
Todo el tiempo escuchamos que la responsabilidad ecológica comienza por casa. Qué mejor idea, entonces, que empezar por la casa en sí. Y esto ya es posible: cada vez más empresas apuestan a la construcción de viviendas sostenibles.
La primera compañía en presentar al mercado un modelo de casa carbono positivo fue la australiana ArchiBlox. Se trata de una casa prefabricada de tipo modular que reduce el gasto energético durante su construcción, manteniendo, además, una producción positiva de energía a lo largo de su utilización.
Así, ofrece un diseño amigable con el medioambiente, evitando las emisiones de carbono.
Modelos de casas carbono positivo
Las casas de ArchiBlox cuentan con climatización geotérmica. Para ello, se utilizan tubos que introducen aire externo al interior de la casa, expulsándolo por ventanas opuestas. Se crea así una ventilación natural cruzada.
Incluyen paredes corredizas de cultivos, que sirven para combatir la incidencia de la luz solar. Además, la utilización de techos verdes como continuación de dichas paredes mejora el aislamiento térmico.
A esto contribuye también el uso de estructuras herméticas, como por ejemplo las ventanas de termopanel. Este componente prefabricado se integra a ventanas de PVC, de aluminio o de otro material, brindando control solar y aislamiento térmico y acústico.
El diseño incorpora un espacio que actúa como jardín de invierno que, durante los meses de frío, captura el calor solar y lo distribuye hacia el resto de la casa. Durante los meses cálidos funciona a la inversa, bloqueando las mayores radiaciones solares.
Las casas cuentan también con la opción de incorporar paneles solares para la obtención de energía solar y un sistema de reciclado de aguas grises.
Todos los materiales utilizados en estas casas, siguiendo la intención del proyecto, deben ser de origen sustentable.
Opciones como las de esta empresa pionera son cada vez más frecuentes. Representan una verdadera oportunidad para todos aquellos ciudadanos responsables con el medioambiente que estén en busca de la casa propia.
Las estrategias de diseño pasivo en la arquitectura
Términos como arquitectura bioclimática o arquitectura sustentable ya son vocablos de uso frecuente en estudios de arquitectura comprometidos con el cuidado de la naturaleza.
Consisten en utilizar lo que se conoce como estrategias de diseño pasivo. Básicamente, consiste en tener en cuenta las condiciones climáticas de la zona donde se construirá la nueva vivienda, aprovechando los recursos disponibles para disminuir los impactos ambientales.
Hablamos de construir de manera ecológica, siendo responsables con el entorno y utilizando los recursos de la forma más eficiente posible. Este tipo de estrategias no son de uso general ni hay un modelo único que se adapte a diferentes realidades. Cada estrategia debe adecuarse a las condiciones del sitio.
Hay muchos ejemplos en la arquitectura tradicional que ya utilizaban estos principios. Pensemos, por ejemplo, en las casas de climas fríos del hemisferio norte, con sus grandes ventanales orientados hacia el sur para aprovechar más eficientemente los escasos rayos solares. O el uso de materiales con propiedades térmicas como la madera, la piedra o el adobe.
Las elecciones que definen el carácter sostenible
Pensemos en esas hermosas casas nórdicas subterráneas tradicionales con sus techos verdes, que aprovechan la inercia térmica del terreno para obtener confort térmico en su interior. Ahora bien, al contrario de lo que podría llegar a creerse, una casa bioclimática no tiene por qué ser más costosa que una convencional.
Se trata de jugar con los elementos arquitectónicos ya conocidos de manera más inteligente para lograr mejores rendimientos energéticos y conseguir el mismo confort, pero de una forma más natural.
Debemos, por lo tanto, considerar cuestiones como las condiciones del terreno, el recorrido del sol, los vientos predominantes y sus recorridos, las temperaturas de la zona y sus amplitudes, el régimen pluvial, la cantidad de radiación solar anual, entre otros factores.
Y una vez que se tiene un conocimiento acabado del entorno, recién se comienzan a considerar los espacios, las distribuciones, las aberturas y los materiales de la casa que mejor se adapten al lugar.
Por supuesto que no siempre vamos a estar en condiciones de construir una casa desde cero. Pero ya sea que seamos propietarios de una casa o simplemente alquilemos una, hay muchas acciones y modificaciones que podemos llevar a cabo que respeten estos principios, como por ejemplo:
- Colocar calentadores de agua solar en nuestros techos
- Contar con paneles solares en nuestros tejados
- Ventanas de doble vidrio para mejorar un mejor aislamiento
Siempre se puede mejorar el ambiente en el que habitamos. Tal vez no consigamos la mejor eficiencia energética, pero toda mejora que considere estos principios será un aporte muy valioso para el cuidado de los recursos de nuestro planeta.