Los pistachos son de los más preciados entre los frutos secos, aunque no se reduce todo a sus beneficios para la salud: ¡hay toda una industria en juego! ¿Alguna vez oíste hablar de la energía de biomasa?
Si eres de los que llevan una dieta saludable, probablemente no te falten los frutos secos en el desayuno o las colaciones, entre ellos, los pistachos. Más allá de su sabor y su versatilidad para adaptarse a cualquier tipo de plato, este fruto seco es portador de una joya de mucho valor y que pocos conocen. Ahora bien, si estabas pensando en tirar las cáscaras del pistacho, detente. Es ahí donde se halla su gran valor.
Volviendo a sus beneficios, los pistachos son un alimento clave para cualquier dieta, aunque deben consumirse moderadamente, ya que, en caso contrario, los efectos no serán justamente beneficiosos. Su consumo equilibrado, pues, contribuye al bienestar, además de que son deliciosos y pueden formar parte de cualquiera de tus recetas.
Entre sus propiedades se halla la de favorecer la circulación gracias al magnesio, el potasio y demás minerales. También ayudan a disminuir la hinchazón. Teniendo esto en cuenta, no es exagerado afirmar que se trata del oro verde de los frutos secos. Pero aquí no termina la cosa.
Los pistachos se relacionan con algo muy importante actualmente en el mundo de la ecología, particularmente, con la reducción del efecto invernadero y las energías renovables. ¡Veamos juntos de qué se trata esta innovación en sostenibilidad!
Las razones por las que los pistachos son tan importantes
Ya dijimos que los pistachos son un excelente producto de la Madre Naturaleza, principalmente, debido a sus propiedades nutricionales. Debemos, sin embargo, respetar a la naturaleza y a sus frutos, aunque también saber aprovecharlos. Y qué mejor que hacerlo ecológicamente. Aunque parezca absurdo, los pistachos se vinculan estrechamente con la ciencia y la producción de biomasa.
La biomasa energética es una fuente renovable de energía que proviene de residuos orgánicos, como las cáscaras de pistacho. Debe su sostenibilidad al hecho de salir directamente de la naturaleza, evitando la contaminación y la pérdida de los combustibles fósiles.
De este modo es posible pensar otro sistema de alimentación y producción de energía, en el cual la economía no es vista como un proceso lineal sino más bien circular y orgánico, donde todas las piezas encajan a la perfección. ¡Nada se pierde, todo se renueva!
La posibilidad de que las cáscaras de pistacho se conviertan en biomasa energética radica en sus componentes naturales: celulosa, hemicelulosa, y lignina. Aunque no lo creas, estas sustancias poseen un alto grado de hidrocarburos que pueden ser explotados para generar energía. Por otra parte, las cenizas que posee son una parte clave del proceso de conversión de energía, puesto que al combinarse con elementos inorgánicos a muy baja temperatura genera algunos fenómenos de combustión.
No importa si se trata de semillas o pellets de pistacho, el resultado es el mismo: ¡un potencial de calentamiento de 4,2 Kg/kg! Así pues, pareciera que la próxima barrera ecológica está muy cerca de ser vencida. Solo depende de usar bien la imaginación y mantener un firme respeto y cariño por la naturaleza; de este modo, las soluciones vendrán mucho más fácil y rápido, ¡porque estaremos más dispuestos a reconocerlas cuando las veamos!