Las temperaturas extremas en Canadá y Estados Unidos están dejando hermosas postales de las cataratas del Niágara congeladas a medias.
El clima extremo que está sufriendo por estos días el norte del continente americano ha dejado postales llenas de magia de una de sus maravillas naturales. Se trata de las cataratas del Niágara, que han quedado parcialmente congeladas, regalándonos hermosas imágenes.
Estas cascadas se encuentran casi a mitad del recorrido del río Niágara, que con sus 56 kilómetros hace de frontera natural entre Canadá y Estados Unidos. No son las cataratas más altas, pero sí las más caudalosas del planeta. Esto que las hace tan espectaculares responde a que el río conecta a los lagos Erie y Ontario, por lo que el flujo de agua es constante y el caudal se mantiene igual todo el año.
Te dejamos ahora disfrutar de las cataratas del Niágara congeladas a través de estas fotografías y videos, con arcoíris incluido.
Las cataratas desde el aire
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«Belleza, poder y magia», sintetiza el autor de este video. Y no hay mejor descripción que esa.
Un arcoíris entre tanto blanco
Quienes hayan visitado las cataratas del Niágara por estos días se han llevado imágenes tan asombrosas como esta.
Admirando esta maravilla blanca de la naturaleza
Para ver las cataratas pueden visitarse dos ciudades, ambas llamadas Niagara Falls. Pero una se encuentra en el lado canadiense, en Ontario, y la otra está en el lado estadounidense, en Nueva York.
Una postal desde la Cueva de los Vientos
Aunque conserva su nombre, la Cueva de los Vientos (Cave of the Winds) era una cueva natural que colapsó a principios de 1900. El sitio se encuentra bajo el salto de Brida Veil, la cascada más pequeña de las tres que conforman las cataratas del Niágara.
Un paisaje congelado
Todo ha quedado cubierto por la nieve; las pasarelas apenas pueden distinguirse. Y la «nube de niebla» que se produce al caer el agua a tanta velocidad se congela en el aire.
Tres minutos de magia
Por último, te dejamos con este video al que vale la pena dedicarle unos minutos.
