¿Quiénes son los «cazadores» de gases de efecto invernadero?

Existen gases de efecto invernadero acumulados en nuestros hogares y no lo sabemos. Especialistas los detectan y destruyen para cuidar la atmósfera.

¿Quiénes son los "cazadores" de gases de efecto invernadero?
El desecho de refrigeradores y aires acondicionados pone en riesgo a la atmósfera por los gases que contienen. (Foto: Adobe Stock)

Como una amenaza fantasma, hay toneladas de gases de efecto invernadero que se liberan a la atmósfera y lo ignoramos. Están en los electrodomésticos que utilizamos y desechamos sin tener el menor reparo en ello.

Pero hay gente que sí conoce de su existencia y trata de que sean cada vez más visibles. Son los «cazagases» de efecto invernadero, quienes saben sobre el potencial devastador que tienen los gases acumulados en los equipos de aire acondicionado, congeladores o neveras y recorren almacenes o depósitos de chatarra en busca de este enemigo invisible.

Los que hacen los cazadores de gases de efecto invernadero es buscar estos equipos, almacenar el gas en tanques especiales y luego destruirlo para que no llegue a la atmósfera.

Un gas miles de veces más nocivo que el carbono

Recuperar y destruir estos gases debería ser una preocupación de todos. La empresa Tradewater, que se encarga de esta tarea, asegura que el contenido de los refrigerantes es 10.900 veces más nocivo para la atmósfera que el dióxido de carbono.

Se trata de gases conocidos como clorofluorocarbonos (CFC) e hidroclorofluorocarbonos (HCFC). Los del primer grupo son famosos no solo por acelerar el calentamiento global, sino también por destruir la capa de ozono.

Los gases CFC fueron prohibidos a finales del siglo XX en aerosoles y refrigerantes porque los científicos descubrieron este catastrófico efecto. Su utilización se desterró con el Protocolo de Montreal y entonces entraron en escena los HCFC.

Los gases de efecto invernadero acumulados en los refrigeradores son más contaminantes que el carbono (Foto de Daria Sannikova - Pexels)
Los gases de efecto invernadero acumulados en los refrigeradores son más contaminantes que el carbono. (Foto: Daria Sannikova – Pexels)

Un contendor de 13,6 kilos de un tipo de CFC conocido como R12 tiene el mismo potencial destructivo de la atmósfera que 131 toneladas de dióxido de carbono. Según estimaciones realizadas por la BBC, esto equivaldría a la contaminación producida por un automóvil que recorre un millón de kilómetros.

Quedan muchos equipos con CFC por capturar distribuidos por el planeta. Incluso los que contienen HCFC que, aunque no son nocivos para la capa de ozono, sí son potentes gases de efecto invernadero.

A destruir estos gases de efecto invernadero

Existe el equivalente a 9.000 millones de metros cúbicos de dióxido de carbono en gas CFC en el planeta para recuperar y ser destruido. El dato surge de un estudio sobre la contaminación de la atmósfera publicado en la revista Nature en 2020.

Los científicos estiman que si se lograra ubicarlos, los efectos del calentamiento global podrían reducirse en medio grado centígrado. Un montón si pensamos que el gran objetivo del Acuerdo de París es que la temperatura del planeta no se eleve a más de 1,5 grados al final de este siglo. 

Reducir la emisión de gases es elemental para evitar el calentamiento del planeta (Foto de Sergei Akulich - Pexels).
Reducir la emisión de gases es elemental para evitar el calentamiento del planeta. (Foto: Sergei Akulich – Pexels)

Lo que hacen quienes cazan estos gases de efecto invernadero es recuperarlos mediante equipos especiales y envasarlos. Luego, el gas es incinerado de manera segura para que no afecte a la atmósfera.

Ejemplos hay en todo el mundo. Al igual que la empresa Tradewater, en Guatemala hay un grupo de recicladores que plástico, vidrio y metal que descubrió este problema y ahora también se dedica a recuperar estos gases.

Desde la compañía aseguran sentirse realizados sabiendo que con su labor de recuperar gases de los refrigeradores están contribuyendo a construir un futuro mejor.

También puede interesarte:

Gestione cookie