Un hogar sostenible se construye a base de cambios de hábitos que benefician a disminuir las exigencias a las que a diario sometemos al planeta.
El mundo enfrenta desafíos importantes si queremos asegurarle un hogar a las próximas generaciones. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) planteó su agenda de desarrollo sostenible para el 2030, donde hay tareas complejas a realizar en materia de reducción de emisiones de carbono, conservación de áreas naturales, pobreza y educación.
Generar las condiciones para un mundo más igualitario y sostenible parece más una tarea de otros -los Estados, organizaciones o empresas- más que de nosotros mismos. Pero, en realidad, hay mucho que podemos hacer desde nuestro lugar para contribuir a estos cambios.
Todo empieza por casa, por ser conscientes de nuestras maneras de consumo que, multiplicadas por miles de millones, tienen un severo impacto en la naturaleza a corto, mediano o largo plazo.
¿Qué podemos hacer entonces? Un pequeño pero importante paso es pensar en un hogar sostenible, con pocos desechos y un uso responsable de recursos. A continuación, compartimos ideas que podrás implementar en casa.
1. Consumo de energía y hogar sostenible
La producción de energía eléctrica tiene impactos negativos en el ambiente, sobre todo en la emisión de gases de efecto invernadero. Entonces, el beneficio de un consumo más eficiente de energía no se traduce sólo en lo que abonamos sobre el servicio. Aquí, algunas recomendaciones:
- En la medida de lo posible, compra electrodomésticos destacados por su eficiencia energética. Los productos que compramos tienen etiquetas que nos permiten identificar las categorías de consumo, siendo los catalogados con la letra “A” los más eficientes.
- La iluminación con luces led también es de gran ayuda para reducir el consumo de energía. Un primer gran paso en casa sería cambiar todos las bombillas con filamento incandescente y pasar a bombillas de LED.
- Desconectar del tomacorrientes los aparatos electrónicos que no utilizamos es otra de las acciones que podemos llevar adelante. Usualmente, las computadores son los elementos que nunca desenchufamos.
2. Uso racional del agua
El acceso a agua potable y de calidad es una odiosea para millones de personas en el mundo. Este recurso comienza a ser cada vez más escaso a medida que la población aumenta; las necesidades se incrementan y los acuíferos agotan sus posibilidades de recarga. ¿Qué hacer entonces?
- En muchos hogares es una costumbre enjuagar platos antes de colocarlos en las máquinas lavadoras. ¡Esto es un doble gasto de agua! Trata de utilizar sólo la lavadora.
- Si no tienes lavadora y lavas la vajilla a mano, procura remojar apenas cada elemento, cerrar la canilla, repasar todo con una esponja y detergente y recién ahí enjuagar todo con muy poca agua.
- Tomar duchas cortas es otra pequeña acción que ayuda a racionar el agua. Desde la ONU recomiendan no utilizar bañeras, ya que necesitan muchos litros para llenarse.
3. La regla de las tres R
Reducir, reutilizar y reciclar debería ser la norma de cada hogar. Estas acciones en tu hogar marcarán la diferencia:
- Con reducir se hace referencia a frenar el consumo desmedido, a no comprar productos que vienen envueltos en mucho plástico que luego termina contaminando nuestros océanos, mares y otros ecosistemas.
- Hay mucho material que usamos a diario que se puede reutilizar: vidrios, plásticos, papeles, cartón. El mejor ejemplo de esto son las bolsas reutilizables para hacer compras. En la medida que más materiales reutilices en tu hogar, menos basura irá a parar a los vertederos.
- Estos mismos elementos pueden ser reciclados para otros fines. Averigua en un comuna o municipio qué destino les puedes dar. Hay muchas personas que trabajan y viven del reciclado y aquello que no te sirve a ti puede ser de utilidad para otros.