Son muy pocas las personas que no aman el chocolate. Nos hace sentir bien, pero ¡cuidado!: en exceso puede ser nocivo para la salud. Te contamos por qué.
Dicen que todo lo bueno en exceso es malo (¡hasta el agua!). Y el chocolate no es la excepción: comerlo tiene sus beneficios, pero si abusamos de él puede dañar nuestra salud.
La historia del chocolate es milenaria. Se han encontrado restos de cacao en excavaciones arqueológicas del año 1100 a.C. en Centroamérica.
Claro que en ese momento no se consumía como ahora, sino que se usaba la pulpa del fruto para hacer bebidas fermentadas y alcohólicas. El resultado era una bebida amarga y fuerte y las semillas, tan codiciadas hoy para hacer el chocolate, se desechaban.
Tuvieron que pasar varios siglos para que los europeos lo mezclasen con azúcar y, posteriormente, evolucionara de ser una bebida al alimento sólido y popular que es hoy.
Ayuda a nuestro cerebro
Aunque el chocolate tal como lo consumimos hoy es relativamente nuevo, es indiscutible que es un dulce irresistible para muchos. La buena noticia para los golosos es que está comprobado que nos hace felices por los químicos naturales que tiene.
De acuerdo a varios estudios, cuando comemos chocolate nuestro organismo reacciona a sus componentes, lo que nos hace sentir muy bien.
También es un poderoso antioxidante por los elevados niveles de flavonoides que contiene, que también le hacen bien a nuestro cerebro. Sumado a minerales como el potasio, cobre, magnesio y hierro, que ayudan a reducir el riesgo de tener enfermedades cerebrovasculares.
Como si todo esto fuera poco, además ayuda a mejorar el flujo sanguíneo del cerebro, fortaleciendo la memoria. Así que, gracias al chocolate, nuestro cerebro está feliz.
¿Qué pasa si abusamos del chocolate?
Como decíamos, todo lo bueno en exceso es malo. Y aquí vale la siguiente distinción: cuanto más puro sea el cacao, más saludable será.
Por eso, lo ideal es comer chocolate que tenga mayor concentrado de cacao y menor de leche y azúcar. La sugerencia de los nutricionistas es consumir chocolates con un 80% o 90% de cacao.
El nutricionista Carlos Ríos, creador del movimiento realfooding, sugiere comer dos onzas (dos cuadraditos) de chocolate negro por día. Con esa cantidad, podemos extraer de él todas sus propiedades benéficas.
Pero el triptófano en exceso -uno de los causantes de la felicidad que nos da- nos puede volver adictos. Lo que sucede es que es uno de los precursores de la serotonina, que es la hormona de la felicidad. Por eso si abusamos de él, ante una disminución en su consumo podemos tener abstinencia.
Además, no deja de ser un alimento con un alto contenido calórico y con azúcares, por lo que en exceso tampoco es saludable.
Así que lo ideal es controlar su consumo y no comer de más. Por lo que ya estás avisado, puedes comerlo sin culpa, pero un bocadito por día y todos felices.
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