La producción de huevos no es una tarea complicada pero requiere tiempo. Acá te dejamos unos consejos para criar gallinas felices.
¿Alguna vez te preguntaste cómo llegan los huevos a tu heladera? ¿Cómo fueron producidos? ¿Con qué se alimentaron esas gallinas? ¿En qué condiciones tienen a esas aves? Todo esto es clave porque se trata de la calidad de tu alimentación y por eso debería preocuparte.
Ahora, si leyendo esto te has preocupado de más y estás pensando en producir tus propios huevos… pues has llegado al lugar indicado porque en esta nota te vamos a dar unos simples tips para criar las gallinas ponedoras más felices del mundo.
¿Por qué gallinas felices? No es un juego de palabras, es un estilo de vida. El término gallina feliz se popularizó entre los granjeros del mundo hace un tiempo ya y obedece a un modo de crianza de estas aves.
Así que, si en tu hogar tienes suficiente espacio en el patio, acá van unos consejos para que empieces a disfrutar de las mejores y más coloridas tortillas o sabrosos huevos revueltos.
Acá no hay discusión: antes del huevo necesitas la gallina. El cuidado de pollitas es muy demandante, por eso te recomendamos adquirir recrías (gallinitas) que tengan entre dos y cinco meses.
La idea es que estas gallinas tengan espacio para moverse y andar todo el día sin otra preocupación más que comer. Es por esto que las gallinas felices no se crían encerradas.
En vez de construirles una jaula, debes armarles un corralito donde se sientan seguras para dormir. Las gallinas aman la altura. Allí arriba, por instinto, se refugian de los depredadores. Puedes armar una estantería donde se puedan subir o atravesar palos en las ramas altas de los árboles.
En las épocas de lluvias o el invierno, debes asegurarte de que el corral sirva para que puedan guarecerse del agua y evitar el frío.
El comportamiento de las gallinas está ajustado al sol. Se despiertan al amanecer y se duermen al atardecer. Este es un ritual religioso y no tienes que estar renegando para que se guarden en su lugar porque lo hacen solas.
Con el tiempo te darás cuenta de que las gallinas aman la libertad. Durante el día prácticamente no paran y deambulan de acá para allá buscando comida. Al tener espacio para moverse se alimentan de cualquier bicho que encuentran en el pasto, plantas o árboles.
Esto es un punto a favor para tu bolsillo, porque gastarás menos dinero en alimento balanceado. De todas maneras, esto no puede faltar. Puedes alimentar a tus gallinas ponedoras con maíz triturado.
Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recomiendan no dejar nunca sin comida y agua -limpia y fresca- a las gallinas. Puedes poner un bebedero y un tarro de maíz en su corral y también distribuir otros por el patio.
El comedero de las pollitas y gallinas en general debe estar hecho de tal manera que ellas no puedan poner sus patas encima del alimento. Desde la FAO recomiendan cambiar el agua y la comida una vez por día.
Al no tener a estas aves en un gallinero, debes asegurarte de que en el sitio donde andarán libres no serán atacadas por perros, gatos u otros animales. Además de que no puedan escaparse de tu hogar.
Las gallinas suelen empezar a poner huevos entre los cinco y los seis meses de vida. Según estimaciones de la FAO, 10 gallinas ponedoras pueden producir media docena de huevos todos los días durante un año.
Cuando las pollitas ya tienen esta edad, debes poner en el corral lo que se denomina nidales. Pueden ser cajas de verduras o zapatos con césped adentro. Es en este sitio donde ellas pondrán los huevos todos los días.
De nuevo, la recomendación es que los nidales estén elevados, al menos a 45 centímetros del piso. Se estima que cuatro gallinas pueden compartir un nidal.
Con las gallinas en la edad indicada, bien alimentadas y con los nidales listos te sorprenderás una mañana con tus huevos bien frescos, directo del corral a tu cocina.
La FAO recomienda revisar el gallinero dos veces por día: al mediodía y al anochecer. Mientras más cálido se vuelve el tiempo, más seguido encontrarás huevos en los nidales.
Es por esto que durante el verano debes visitar el gallinero con más frecuencia. Los huevos son alimentos delicados, si los dejas mucho tiempo en el gallinero se pueden descomponer. Por otro lado, las gallinas pueden romperlos y comerlos y esto a veces se transforma en un hábito que debes evitar.
Los huevos que estén rajados o muy sucios pueden contener bacterias, por eso asegúrate de cocinarlos o hervirlos bien antes de comerlos.
Desde la FAO destacan que una gallina ingiere unos 100 gramos de alimento balanceado por día. Debes hacer bien las cuentas para asegurarte de que no le falte comida a tus ponedoras. También puedes alimentarlas con restos de tus comidas, sobre todo de ensaladas y granos.
La limpieza de los nidales y del corral es clave para prevenir enfermedades en las gallinas. Es por esto que debes limpiar y desinfectar con frecuencia, y cambiar los nidales cada tres meses.
Acá te dejamos una guía completa para que puedas armar tu corral y tener tus gallinas felices sanas y seguras. Son recomendaciones del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina.
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