Si ya estás experimentando la monotonía en el gusto, no caigas en la sal o el vinagre, no solucionan nada. Desde oriente, llega un condimento tan increíble que enloquecerás.
El noble arte culinario, seamos realistas, por lo general envejece mal. El número de personas que optan por alimentos precocinados, ultra procesados, que requieren de microondas, es cada vez mayor. Ya sea por falta del tiempo o por el agotamiento laboral, se buscan salidas rápidas para hacer feliz a toda la familia.
Esa paciencia que requiere abocarse a la cocina y preparar algún manjar, tiende a desaparecer. Esta es quizás la razón de fondo que sostiene el éxito de los programas de cocina: nos brindan la posibilidad de satisfacer el paladar, pero sólo en su dimensión visual. A pesar de todo, el arte culinario es de las actividades más relajantes, a no ser que pienses en el estrés de tener que limpiar una vez que acabas. En esos casos, la relajación desaparece y es relevada por el estrés conocido.
Si el caso es que disfrutas de la cocina, pero tus platos principales han perdido la magia, no hay nada que la sal o el vinagre puedan hacer. Necesitas algo que te revolucione una vez más y que haga de esa clásica ensalada, algo distinto con extras que no vienen nada mal. Si los condimentos clásicos ya no nos conmueven, nos traslademos al Este y hallemos sabores fuertes, decididos y, a la vez, delicados.
La salsa de soja para suplantar la sal y el vinagre
Al menos una vez en la vida hemos saboreado la salsa de soja en el sushi. Más aun, no existe posibilidad de nigiri frito, ni uramaki, sin salsa de soja. El salado característico de la salsa de soja contrasta y equilibra perfectamente el arroz cocido y el pescado crudo, haciendo que nuestra boca se siente en las gradas de una orquesta irresistible. Pero no tenemos por qué limitarnos al sushi, cuando bien podemos usar la salsa de soja en nuestras comidas más típicas.
Gambas o pez espada, son buenos ejemplos donde la salsa de soja puede enriquecer el sabor final. Pero no tienes por qué quedarte ahí, la ensalada de arroz, la pasta fría con tomates cherry, mozzarella y atún, son otras opciones que van a cobrar vida al llenarse de sabor.
El punto es que 60 de cada 100 gramos de salsa de soja, logra que disminuya el colesterol y da mucha sensación de saciedad, gracias a su alto valor en fibras. Pero hay algunos puntos a tomar en consideración. Primero, contiene fitoestrógenos, hormonas de origen vegetal responsables de que, en algunos casos, se alteren los valores tiroideos. También tiene un alto contenido de sal, por lo que personas con hipertensión no es recomendable que la consuman o, mejor, diluye en agua para bajarle la intensidad y el sabor.
Prestando atención y sin sobrepasar las cantidades recomendadas, la salsa de soja puede dar ese extra a tus platos, incluso para sustituir al aceite –aunque no conviene eliminar por completo dado sus grasas saludables-. No olvides tener en cuenta este secreto oriental y deléitate nuevamente con tus comidas de siempre.