Con materiales naturales y reciclados podrás hacer tu propio hotel de insectos, un refugio para proteger a estos pequeños animales tan importantes para los ecosistemas.
Muchas especies de insectos cumplen un rol muy importante en los ecosistemas por ser polinizadores. Es decir, trasladan el polen hasta el pistilo de las flores para que se produzca la fecundación, algo fundamental para asegurar la reproducción de las plantas.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), casi el 90% de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse; lo mismo sucede con el 75% de los cultivos del mundo destinados a la alimentación.
Lamentablemente, nuestra forma de vida no les está facilitando la supervivencia -sobre todo en las ciudades- a insectos polinizadores como las abejas, avispas, mariposas, escarabajos o polillas, entre otros. Pero podemos ayudarlos a que se refugien en invierno o a que críen en verano construyendo un hotel de insectos.
¿Qué te parece armar uno para tu huerto o jardín como una manera de celebrar el Día Mundial de las Abejas que se celebra el 20 de mayo? Esta fecha se creó para concienciar sobre la contribución de los polinizadores al desarrollo sostenible.
Y quizás no lo sepas, pero de las 20.000 especies de abejas que existen, la melífera es solo una de ellas, aunque sea tan conocida por sus panales y la miel. La gran mayoría, no obstante, son abejas solitarias que hacen sus nidos en agujeros de trozos de madera, en ramas huecas o en las grietas de los muros. ¡Y tu hotel de insectos será ideal para alojarlas a ellas!
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Manos a la obra: construye tu hotel de insectos
Verás que construir un refugio para insectos es algo bastante simple. Para empezar, tendrás que buscar los materiales, que serán naturales y fáciles de conseguir. Pueden ser:
- Maderas y mallas metálicas para la estructura. Puedes usar maderas de palets o recicladas.
- Troncos (a los que les harás pequeños agujeros)
- Ramas de distintos grosores
- Piñas de árbol
- Corteza de árbol
- Cañas
- Piedras
- Ladrillos huecos
- Tejas o trozos de macetas de terracota
Al armar la estructura, puedes darle la forma y el tamaño que quieras, con la cantidad de «habitaciones» o compartimentos que más te guste. Eso sí, conviene que el tejado sea inclinado para que escurra el agua cuando llueve.
Una vez lista esta parte -que es la que lleva más tiempo-, puedes comenzar a rellenar tu refugio con los materiales naturales que hayas recogido, distribuyéndolos en los compartimentos. Es conveniente colocar una malla metálica que ayude a contener lo que coloques dentro (solo por la parte de atrás o por delante también si lo prefieres).
Ahora solo queda instalarlo en un lugar protegido del viento y la lluvia. Ten en cuenta que si lo colocas a nivel del suelo favorecerás la entrada de insectos terrestres a los que les vendrá bien un nuevo hogar.
Para que puedas guiarte mejor, compartimos este video de solo seis minutos del Centro Medioambiental San Nicolás, del área de Medio Ambiente del ayuntamiento de la ciudad española de Ávila.
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