¿Alguna vez reflexionaste sobre el impacto del ruido en la salud? Te contamos cuáles son las consecuencias de esta contaminación invisible.
¿Sabías que debemos darle más relevancia al cuidado del ambiente acústico? Y tomar consciencia de la importancia de la conservación de la audición. La sobreexposición al ruido ambiental en las ciudades ha pasado de ser un problema laboral a convertirse en un flagelo de la salud pública.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) proyecta que, para el año 2050, el 10% de la población mundial sufrirá problemas auditivos por una exposición a ruidos elevados, especialmente los jóvenes.
¿A qué se considera ruido ambiental? Según el Parlamento Europeo, “es todo sonido exterior pernicioso o no deseado originado por la actividad humana, incluyendo el ruido emitido por los medios de transporte (tráfico vehicular, ferroviario y aéreo) y el procedente de la actividad industrial”.
A la extensa lista de fuentes de contaminación sonora -como las grandes avenidas o fábricas- se le suma el elevado volumen que se registra en locales comerciales, gastronómicos y oficinas.
¿Qué síntomas produce la contaminación sonora?
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 130 millones de personas están expuestas a diario a niveles de ruido que superan los 65 decibeles en el mundo.
Gran parte de ellas sufre valores de contaminación acústica por encima de 85 decibeles. Esto supera el umbral establecido como máximo permisible por la OMS durante ocho horas al día.
Un estudio realizado en Madrid por el Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Economía y Competitividad de España, en 2016, indagó en profundidad sobre el impacto de la contaminación sonora. En el documento se indica que “la exposición al ruido es un factor de estrés orgánico, temporal o permanente, que se manifiesta principalmente en aumentos de la tensión arterial, alteraciones de la frecuencia cardíaca y vasoconstricción”.
Los jóvenes, la población más vulnerable
El estrés que padece una persona por sobreexposición sonora en tiempos prolongados provocaría una sobreactivación del sistema nervioso autónomo y endocrino. Esto podría desencadenar pérdida de audición, colitis, gastritis, insomnio, fatiga, hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares.
Para ponerlo en un contexto que nos permita trasladarlo a un panorama más global, te contamos un dato. Según la OMS, España es el segundo país con mayor contaminación sonora del mundo.
A su vez, el “II Estudio de hábitos de cuidado auditivo”, elaborado por la marca de complementos para mejorar la audición GAES, dejó en evidencia que cada vez es mayor el porcentaje de jóvenes que incorporan a sus hábitos diarios el uso desmedido de auriculares.
Así, el mapeo de hábitos de los jóvenes catalanes quedaría establecido de la siguiente forma:
- El 67% de los catalanes de entre 25 y 34 años prefiere trabajar con música.
- El 49% se relaja con sonido, en lugar de hacerlo en silencio.
- El 88% escoge realizar deporte escuchando música.
- El 30% de esos jóvenes reconoce que escucha música a un volumen alto, por encima de los 60 decibeles recomendados.
La toma de conciencia respecto a la pérdida de audición y otros efectos de estos hábitos debería formar parte de una campaña educativa en espacios públicos.
En el caso de niños, algunas investigaciones aseguran que su desarrollo cognitivo, del lenguaje y la comprensión lectora, entre otras capacidades, disminuye en hogares ruidosos.
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