Ambientalistas procuran crear un corredor biológico que abarque 20 millones de hectáreas del Gran Chaco Americano en Bolivia y Paraguay.
Los incendios de 2019 y 2020 ocasionaron pérdidas irreparables de biodiversidad en parte de la Amazonia, la zona de Pantanal y el Gran Chaco. Por eso, proteccionistas y ambientalistas trabajan en medidas urgentes tendientes a la protección de los ecosistemas.
Estas áreas naturales albergan humedales, llanuras y otros ecosistemas, junto a parques y reservas naturales. Muchos de estos sectores están declarados como sitios Ramsar, pero el avance de la deforestación y la explotación agrícola no se detiene.
Por esta razón, desde la Fundación Amigos por la Naturaleza de Bolivia, la organización Guyra Paraguay, Fundación Natura y otras entidades intentan crear un nuevo corredor biológico de 20 millones de hectáreas para la conservación y el desarrollo sostenible del Gran Chaco Americano.
El proyecto, llamado Gran Paisaje de Conservación Binacional Bolivia-Paraguay, fue presentado en septiembre de 2020. Su objetivo es la observación del territorio en cuanto a biodiversidad, cultura y desarrollo. Contribuyendo a avanzar en la agenda del cambio climático, evitar la deforestación y degradación ambiental.
Parte de la ecorregión del Gran Chaco se adentra en territorio argentino. Sin embargo, en este país no han avanzado las gestiones de conservación pese a que el Gobierno del ex presidente Mauricio Macri recibió donaciones internacionales en 2015.
Una alianza para conservar el Gran Chaco Americano
Más allá del trabajo conjunto de las entidades ambientales bolivianas y paraguayas por la preservación de la flora, fauna y los hábitats de sus regiones naturales, la designación del Gran Paisaje apunta a generar condiciones de producción sostenible tanto ganadera como agrícola.
“La finalidad de un corredor biológico es conservar la continuidad funcional de los ecosistemas y mantener el aprovisionamiento de los servicios ambientales. Ningún área natural protegida se puede considerar una isla”, declaró Daniel Villaroel, subgerente de Proyectos de la Fundación Amigos por la Naturaleza al medio Mongabay.
La protección legal de este nuevo proyecto y de otros corredores biológicos en Bolivia es sumamente necesaria debido a que no existe ninguna figura jurídica que ampare y establezca estos trazados geográficos de conservación.
Solo el activismo internacional de personas jurídicas, biólogos y ambientalistas, que trabajan por la protección de las áreas naturales de gran valor para toda la región, puede resguardar y velar por los recursos naturales y silvestres de todos los corredores bolivianos o del sector.
Existe preocupación por el estado de los corredores biológicos ya establecidos. Estos tienen también el objetivo de garantizar el aprovisionamiento de agua potable de toda la región, como es el caso del corredor de conservación Vilcabamba-Amboró entre Perú y Bolivia.
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