El cuerpo envía señales que no deben desconsiderarse, pues muestra carencias importantes y alerta sobre el estado del cuerpo. Si has notado estas señales, hay una deficiencia.
No es automática la producción de todo lo que el cuerpo necesita. Hay mucho que debe ser adquirido mediante la dieta adecuada. Está claro que el organismo requiere de muchas sustancias para su correcto funcionamiento. El tema es que no todas se producen automáticamente y hace falta que se introduzcan otras. Se apela a los suplementos para compensar las falencias de la dieta.
El Omega 3, particularmente, se introduce mediante la suplementación adecuada. Son ácidos grasos estudiados durante muchos años que aportan muchos beneficios al organismos -particularmente al corazón y las enfermedades que puede sufrir-.
Estas son las señales que envía el organismo cuando tiene déficit de omega 3
Es necesario integrarlo con el omega 6 porque no se producen automáticamente. Es fundamental contra la inflamación, fortalece el sistema inmunitario y evita la formación de coágulos sanguíneos. Sin embargo, es muy común padecer una deficiencia de omega 3 y hay que tener mucho cuidado. ¿Qué es lo que ocurre cuando no tenemos los niveles suficientes?
Según el SINU (Sociedad Italiana de Nutrición Humana), un adulto de baja estatura, para satisfacer las necesidades energéticas, necesita el 0,5%. No existen formas de identificar la deficiencia y hay que estar atentos a ciertos factores determinantes.
La piel es un signo claro de deficiencia. Los ácidos grasos, entre los que se incluye el omega 3, permiten la humedad de las membranas celulares. Si la piel está sufriendo de irritación, erupciones o acné, la deficiencia es casi segura. Se ha demostrado mediante estudios que la ingesta de omega 3 reduce los síntomas de eccema.
Un síntoma claro de deficiencia de omega 3 es la deshidratación. En particular con el cabello seco y sin brillo, las deficiencias se evidencian más en las mujeres. También el dolor articular que causa la inflamación, por ejemplo, la artritis reumatoide. Pero no se restringe a estos síntomas. Hay otros problemas como el alzhéimer, la demencia senil y la depresión.
En fin, es esencial el omega 3 y se logra mediante la ingesta de frutos secos, semillas de chía, mariscos y pescados como el salmón, bacalao y caballa -o suplementos-.