El cultivo de algodón es responsable de una gran degradación ambiental. Para ser un consumidor responsable, conoce qué puedes hacer para disminuir su impacto.
¿Te parece que esa prenda de algodón está en súper oferta? Puede parecerte que tiene el precio justo para tu bolsillo, pero en realidad puede ser demasiado cara en relación a su costo ambiental.
El algodón representa un 40% de la materia prima de las prendas que se fabrican anualmente. Según la Environmental Justice Foundation, se producen 25 millones de toneladas al año en el mundo, de las cuales el 95% es algodón transgénico y no se cultiva de forma sostenible.
El cultivo del algodón provee materias primas para una impresionante diversidad de usos. Estos incluyen la fabricación de alimentos, artículos de perfumería, juguetes y ropa. Pero una gran estela de contaminación queda impregnada en el planeta.
La contaminación del cultivo del algodón
El ciclo comienza con la alteración de la semilla de algodón para garantizar los rindes de una cosecha segura.
Dentro de las prácticas agropecuarias se incluye el uso de los pesticidas más nocivos, que además contaminan el agua y dañan la salud de los trabajadores agrícolas.
Por otra parte, estos cultivos requieren gran cantidad de agua para su riego, haciendo uso de un bien tan escaso como es el agua potable. Pero no solo eso, sino que tras el riego el agua se filtra a las napas subterráneas cargada de residuos tóxicos.
Y el problema continúa con una huella de carbono altísima. El informe “The environmental price of fast fashion”, publicado en Natural Reviews, se señala que el cultivo del algodón convencional puede emitir 3,5 veces más dióxido de carbono que el cultivo de algodón orgánico.
Por su parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (IUCN por sus siglas en inglés), estima que cada año 1,7 millones de toneladas de microfibras acaban en mares u océanos, amenazando especies marinas y ecosistemas.
El cambio que todos podemos hacer
Por todas estas razones, los consumidores deberían estar preocupados tanto por usar algodón transgénico como por ingerirlo. ¿Cuál es la mejor manera de evitar los textiles de algodón OGM (organismo genéticamente modificado)?
A continuación, compartimos cinco acciones que podrás aplicar en tu vida cotidiana para mantenerte alejado de la toxicidad de este cultivo y ayudar a disminuir la degradación del planeta:
- Compra productos fabricados con algodón orgánico o aquellos que estén realizados con procesos orgánicos certificados. El cultivo del algodón algodón orgánico requiere un 70% menos de agua y un 60% menos de energía que el cultivo convencional.
- Opta por el uso de fibras naturales o algodón reciclado para que puedas tener la seguridad de que lo que llevas a casa no degradará los suelos ni pondrá en peligro la salud de las comunidades.
- Lee atentamente las etiquetas y desestima todo lo fabricado con fibras sintéticas.
- Compra a empresas socialmente responsables. Si vas a comprar productos de algodón convencional, al menos asegúrate de que sean empresas socialmente responsables. La industria algodonera convencional está ligada a una serie de violaciones de derechos humanos mediante la explotación laboral en condiciones de insalubridad.
- ¡Ojo con la celulosa en los alimentos! El aceite de semillas de algodón y celulosa se encuentra presente en gran variedad de alimentos. Asegúrate de que todo lo que llevas a casa esté libre de este compuesto y, por lo tanto, libre de pesticidas y herbicidas tóxicos.