La mantis religiosa tiene características tan extraordinarias que parece de otro mundo. ¡Conoce estas curiosidades que le harán ganarse tu respeto!
Como algunas arañas, abejas y moscas, las mantis religiosas tienen cinco ojos. Dos son enormes y le permiten captar movimientos. Los otros tres son pequeños y le ayudan a detectar la luz, logrando una visión profunda.
Su cuerpo está diseñado para depredar, no contentándose solamente con pequeñas presas. Las dos patas delanteras cuentan con miembros superiores terminados en gancho, lo que le permite atrapar insectos en pleno vuelo, que quedan atascados en las espinas situadas en la contracara de estas extremidades.
En el mundo hay más de 2.000 especies de estos insectos, pertenecientes a la familia de las Mantodeas. Aunque están emparentados con los bichos palo y las cucarachas, tienen una fama noble y despiertan mucha más admiración en el mundo que sus primas lejanas.
Descubre estas siete cosas que seguramente no conoces sobre las mantis religiosa y la fascinación que ejercieron a lo largo de la historia.
1. Mantis, mamboretá, tatadios y otros nombres
La mantis religiosa recibe muchos nombres. El más popular se debe al pliegue de sus antebrazos que parecieran estar en posición de oración. En algunos países se la conoce como tatadios, mamboretá o bicho comepiojos.
Según el lugar donde te encuentres, si se te acerca uno de estos insectos puede ser signo de buena o mala suerte. Para los cristianos puede representar la vigilia de los ángeles en el hogar.
2. Elegancia y velocidad en los movimientos
Las mantis inspiraron al célebre luchador chino Wang Lang en tiempos de la dinastía Song del Norte y como resultado surgió el Tang Lang Quan.
Cuenta la historia popular que, en ocasión de visita a su familia en la ciudad natal, Wang observó una lucha entre una victoriosa mantis y una cigarra. Su inspiración lo llevó a estudiar detenidamente sus movimientos.
3. Especialista en camuflaje
Del mundo animal es uno de los depredadores más exitosos. Puede pasar desapercibida entre las ramas y las hojas, al igual que el bicho palo. Aunque la mejor maestra del disfraz es la mantis orquídea, una de las especies cuyo cuerpo parece cubierto de los pétalos de esta increíble flor.
4. Presas no tan pequeñas
¿Te da miedo que pueda morderte una mantis? Estos insectos tienen una espectacular mandíbula y pueden alimentarse de lagartijas, pinzones, serpientes de coral o ranas mientras aún están vivos.
Pero no te preocupes, los mamboretás son inofensivos para los humanos.
5. Advertencia de ataque
Cuando la mantis está por atacar, adopta una increíble postura de defensa: completamente erguida, extiende sus pinzas junto con sus alas y mandíbulas para aparentar mayor tamaño. Inmediatamente, al sentirse amenazada, emite un intimidante silbido.
6. Control de plagas
Los exterminadores domiciliarios seguro no revelarán este secreto. Y es que las mantis religiosas son una excelente mascota para tener en la huerta, el jardín e incluso en la casa. Son cazadores por excelencia de artrópodos como arañas, garrapatas, ácaros, pulgas, hormigas, grillos o mosquitos.
7. Inspiración de los egipcios
En el Libro de los Muertos de los egipcios, la octava dinastía se refería a las mantis como “el pájaro volador”, una deidad menor que conducía a las almas de los difuntos ante el dios de los espíritus.
Su adoración por estos insectos llegaba a tal punto que eran momificados y los colocaban en los sarcófagos para acompañar y transmitir valor a los muertos durante su viaje al más allá.
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