Vamos a ver si los damascos -o albaricoques- son una panacea o te hacen engordar, en otras palabras, si son buenos o dañinos para la salud al llevar una dieta.
Aunque sean muy nutritivos en una dieta, hay que tener mucho cuidado al consumirlos dado que influyen notablemente. Esto que estás a punto de leer requiere de mucha atención.
¿Quién puede resistirse a un albaricoque en verano? Con su sabor y valores nutritivos, madura justo cuando comienzan los calores y puede saciar al mismo tiempo que aporta salud, pero hay que tener cuidado.
¿Qué hacen los damascos con nuestro estado físico a pesar de su valor nutricional?
Si estás siguiendo una dieta estricta, es mejor que no recurras a los albaricoques, porque pueden arruinar tus objetivos. La cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes viene acompañada por mucha azúcar.
La pregunta sería por qué no darse un festín con ellos si son tan nutritivos y solo salen en verano. ¿Engordan? Hagamos un poco de matemáticas y contemos calorías.
No es algo fácil de entender. Pero pensemos que cada 100 gramos de damascos hay 45 calorías. Eso significa que no son muy calóricos, y tampoco tienen un alto índice glucémico: 86% de agua y 2% de fibra. En fin, son una panacea y no engordan, pero quienes tienen problemas en el control de glucosa pueden verse perjudicados por su contenido de azúcar.
No aplica a los albaricoques que también son recomendados en una dieta hipoglucemiante. Entonces no, no engordan y puedes comerlos despreocupadamente tanto como tentempié o acompañado de un yogur desnatado. Al estar tan llenos de agua pueden dar la sensación de saciedad, ayudando a la dieta, y al intestino con sus fibras.
Los damascos, con su valiosa fuente de antioxidantes, hacen mucho más que ayudar en la dieta. Agentes como el beta-corteno, la vitamina C y E, presentes en los damascos, contribuyen al funcionamiento correcto del sistema inmunológico y cardiovascular.
Así que no temas y permítete consumir 300 gramos diarios. Aunque ten cuidado porque con grandes cantidades serían muchas calorías y, dada su fibra, favorecen la diarrea.