Probablemente haya pocos remedios naturales como éste que permitan limpiar el organismo de manera sostenible y sin ingerir sustancias químicas que dañan tu cuerpo en lugar de regenerarlo. Aquí te contamos de qué se trata.
Cuando nos adentramos en los misterios de la naturaleza, descubrimos que tanto plantas como animales viven en ella en una especie de círculo armonioso pero al mismo tiempo frágil. Es por ello que nuestra misión es intervenir lo menos posible en él y concientizar a la mayor cantidad de gente sobre la importancia de la protección de los ecosistemas. En esta oportunidad te comentaremos acerca de una planta con propiedades curativas cuya historia es bastante peculiar y conocida por pocos.
Depurar nuestro organismo no es tan difícil. Lo prioritario es no dejar que se almacenen demasiadas toxinas en algunas partes del cuerpo. La planta en cuestión permite fortalecer el hígado, órgano glandular que regula el metabolismo y que colabora con la digestión de los alimentos y con la depuración de las toxinas.
Es decir que el uso de esta planta permite la regeneración una parte fundamental del organismo, ya que el hígado se vuelve más vigoroso y activo gracias a su consumo. Alimentarse adecuadamente, como sabemos, es clave para que todas las funciones de nuestro cuerpo permanezcan en óptimas condiciones, y una pieza fundamental de esa alimentación son los antioxidantes.
Aunque hayas oído hablar de esta planta, lo más probable es que desconozcas sus usos gastronómicos. Pero no te preocupes, a continuación te los revelaremos.
El remedio que no genera desechos: ¡es una flor!
Los modos de preparar esta hortaliza invernal son muy variados: puedes comerla cruda, gratinada, frita o hervida. Además de sus muchos beneficios, no suma casi nada de calorías a nuestro cuerpo, ya que, increíblemente, contiene 10 kcal en 70 kg.
Sin más dilación, la flor en cuestión es el cardo. Quizá no lo sepas, pero cuando todavía no ha florecido es muy parecida a la alcachofa. Podría decirse que es una alcachofa salvaje, y pertenece a muchas recetas quizá no tan difundidas.
Los beneficios del cardo para la salud son muchísimos. Entre ellos se encuentran las propiedades antioxidantes de la sibilina; una buena cantidad de fibra, que favorece el buen funcionamiento del tracto intestinal; sales minerales y vitaminas; y también contiene propiedades anticolesterolémicas, una de las principales razones por las que el cardo se incluye en muchas dietas.
Si bien su nombre vernáculo es cardo, el científico es Cynara cardunculus altilis. Su parentesco con la alcachofa le da también su sabor característico, similar a ésta, pero un poco más amarga y con ciertos toques de apio. Las hojas del cardo, por otra parte, son bastante más duras que las de la alcachofa, y por esta razón el proceso de cocción toma un poco más de tiempo.
Antes de llegar a la mesa, tiene que atravesar un largo proceso. En primer lugar, se debe encaldar, lo cual reduce el sabor fuerte que adquiere gracias a las heladas. De hecho, esta planta crece en condiciones realmente adversas, llegando a soportar temperaturas bajo cero. Lo que se consume en realidad es el tallo, que debe previamente limpiarse para deshacerse de las capas externas. Los tallos se cortan y se cuecen en agua o leche durante alrededor de dos horas, para lo cual hay que cortarlos previamente ya que pueden alcanzar el metro cincuenta.
A la hora de elegir las mejores plantas en el mercado, es preferible comprar las blancas que no tienen manchas verdes, ya que éstas tienen un sabor más amargo y por lo tanto llevaría más tiempo el encaldado mencionado. Ahora que sabes todo esto, ¿qué esperas para preparar tu cardo?