El verano está a la vuelta de la esquina, lo cual quiere decir, entre otras cosas, que en poco menos de un mes todos empezaremos a usar el aire acondicionado para combatir el calor. Asimismo, estos tres meses que se avecinan pueden convertirse en una pesadilla debido a las elevadas facturas.
Si bien la brisa primaveral -aunque de momento leve- comienza a tomar fuerza para nuestro placer, al mismo tiempo el dilema del aire acondicionado se materializa cada vez con más certeza. Lamentablemente, la suba generalizada del costo de la energía sigue su curso al igual que la guerra.
En concreto, es bastante probable que pasemos otro verano más preocupados por enfrentar gastos muy elevados. El ejecutivo Mario Draghi dispuso una tarifa unificada de 200 euros para millones de ciudadanos italianos en julio para palear los elevados costos de las facturas. ¿Será esto suficiente? Junto con la energía, el gas y el combustible, el resto de los productos y servicios ha aumentado a causa de la inflación.
A la inversa, nuestros salarios siguen iguales, y actualmente hay que gastar más para comprar menos. No obstante, el aire acondicionado es un dispositivo del que no se puede prescindir en verano: como sabemos, el cambio climático está lenta pero gradualmente aumentando la temperatura de nuestro planeta.
Ahora bien, frente al inminente calor, ¿cómo lidiar con él sin encender el aire acondicionado para no pagar facturas exorbitantes durante los próximos tres meses?
Las inteligentes alternativas al aire acondicionado que permiten un mayor ahorro
Antes que nada, vamos con lo obvio: beber mucha agua. Esto es imprescindible para mantener la hidratación. Si no bebemos al menos dos litros de agua diarios, el calor se hace imposible de aguantar.
Una vez que nos aseguramos de estar hidratados, avancemos con los pequeños trucos que te ayudarán a no estar todo el día con el aire acondicionado encendido. Las ventanas aislantes con doble cristal, por ejemplo, contribuyen a conservar la casa más fresca al mismo tiempo que evitan en gran medida la entrada del calor exterior. A su vez, para combatir las horas más bochornosas se recomienda tener las persianas bajas hasta que baje un poco la temperatura.
Por otra parte, si prefieres los tonos oscuros para las paredes de tus ambientes, podrías estar en problemas, puesto que estos colores absorben el calor y lo liberan dentro de tu casa. Por el contrario, elige tonos claros como el blanco o los colores pastel. A diferencia de los primeros, éstos reflejan los rayos solares, conservando más frescas las paredes.
En último lugar, se recomienda poner las plantas dentro del hogar para combatir el calor excesivo. Las plantas, por si no lo sabías, son parasoles naturales pues absorben el calor y refrescan el aire de las habitaciones.
Ahora bien, si el calor es tan excesivo que se vuelve intolerable, puedes intentar poniendo agua en una botella con atomizador para hacerlo funcionar como un pulverizador casero.