No podrás decirle que no a este secreto dulce si te apasionan las fresas. Sigue leyendo para averiguar de qué se trata.
Hay una idea insalubre de que comer dulces implica abandonar el cuerpo y la salud, entregándote a las calorías sin importancia del cuerpo, la forma y la apariencia. Nada más alejado de la realidad. Es importantísimo cada tanto darnos un gusto, un pequeño desliz, para que no se muera el espíritu.
Además, no está claro cómo es que comer dulces sea siempre hacer trampa, algo exagerado o una prohibición. Puedes optar perfectamente por opciones saludables. Más allá del delicioso sabor –sobre todo si lleva nata-, las fresas tienen muchos beneficios para nuestro organismo. Constituyen un concentrado de vitamina C que es fundamental tanto para nuestro sistema inmune como para mantener bella y saludable la piel.
Pero no acaba ahí. Ricas en antioxidantes, las fresas contribuyen a reducir las enfermedades cardiovasculares. Tienen una concentración de agua del 92% por lo que son muy útiles para mantenernos hidratados en verano. La vitamina B1, conocida como la vitamina anti-irritabilidad y tristeza, es capaz de mejorar nuestro estado anímico. Sabiendo todos estos beneficios, no te pierdas el sabor y la salud que brindan las fresas.
La bondad de la tarta de fresas ligera
Este es uno de los postres más populares y no puedes equivocarte. Más allá de la Nutella, está la deliciosa tarta ligera de fresas. Puedes elegir comprar la masa lista o hacerla desde cero.
Para ello vas a necesitar:
- 2 huevos
- 100g de azúcar morena
- 80ml de aceite de oliva extra virgen
- medio sobre de levadura química
- 320g de harina 00
Para el relleno, por otro lado:
- 400g de fresas
- un limón
- 500g de ricota de leche de vaca
- 2 cucharadas de azúcar morena.
Preparación:
En un tazón lo suficientemente grande, bate los huevos enérgicamente o utiliza una batidora eléctrica. Añade el azúcar de caña y el aceite de oliva, sin dejar fuera el medio sobre de levadura. Una vez que esos ingredientes estén bien mezclados, agrega la harina, tamizada o poco a poco arrojada. Usando una espátula mezcla muy lentamente para que no se pierda el aire acumulado.
Para obtener una masa sin grumos, amasa con las manos después de haber logrado una consistencia adecuada de lo anterior. Envuelve y deja a un lado, es el momento de la ricota. Debes eliminar el exceso de agua, añadir una cucharada de azúcar y rallar el limón. Bate hasta que quede fina.
Para el final, toma la masa y estírala tapando un molde de 25cm de diámetro. Corta los sobrantes y haz pequeños agujeros en toda la superficie usando un tenedor. Agrega la mezcla de ricota y hornea durante 45 minutos con el horno a 180°C. Con las fresas cortadas en trozos pequeños, sazona con jugo de limón y una cucharada de azúcar. Deja reposar y una vez lista, deja que se enfríe y acomoda las fresas como más te guste.