Las empresas B son aquellas consideradas de triple impacto. Tienen incorporado en el centro de su modelo de negocio el bienestar socioambiental.
Nuestros hábitos de producción y consumo son en gran parte responsables del calentamiento global y el cambio climático. Lo que demandamos a los mercados es lo que recibimos y, en la mayoría de los casos, la producción de bienes y servicios no son sustentables.
Pero en la última década se desarrolló una manera de hacer negocios de forma más respetuosa. Se trata de las empresas B, también conocidas como de triple impacto, que tienen como misión ser rentables pensando en el desarrollo de la comunidad y de las personas con las que trabajan, respetando además el ambiente.
La idea está basada en que el éxito y los beneficios financieros incluyan en su alcance el bienestar social y ambiental. Es por esto que las empresas de triple impacto son también conocidas como empresas con propósito.
Los requisitos de las empresas B
Según Sistema B, existen hoy 3.943 empresas B en el mundo. Esta organización sin fines de lucro es socia de B Lab, la ONG que se encarga de verificar que las compañías que reclaman esta certificación cumplan con los procesos requeridos.
No cualquier corporación puede certificarse como empresa B. El requisito mínimo es que tenga al menos 12 meses de operaciones. Además, debe estar inserta en un mercado competitivo y debe comprobar que abona sus impuestos, que no son controladas por un gobierno o no son parte de un monopolio.
Como la rentabilidad es uno de los propósitos de las empresas de triple impacto, no pueden acceder a esta certificación organizaciones sin fines de lucro. Por otro lado, toda la empresa debe certificarse como B, ya que no existen certificaciones por áreas o marcas.
El modelo socioambiental en el centro
Así, las empresas B deben poner sus aspiraciones socioambientales en el centro de su gestión y desarrollo. Una empresa de esta característica debe poder ser medida por su transparencia y por el bienestar de las personas que trabajan en ella y de la Tierra.
De estas manera, los procesos productivos deben estar enfocados en disminuir impactos negativos en el clima laboral, en el desarrollo de las personas, la generación de valor, la adquisición de materias primas y la distribución de la producción.
Una empresa B certificada debe someterse periódicamente a auditorias, que den cuenta de que se cumplen los objetivos o que se trabaja para ello. Los productos de estas compañías pueden ser identificados porque en sus etiquetas tienen el sello que acredita su modelo de negocio.
Así, existen varios rubros que cuentan con empresas B certificadas. Entre ellos se encuentra el textil, el cosmético y el alimenticio, sectores que aglutinan una gran variedad de los productos que consumimos.
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