Kate Middleton está siendo protagonista de un escándalo debido a su “vicio”. Es algo que hace habitualmente y que ha sido motivo de críticas aunque se trate de una actitud correcta (y poco común).
Estamos viviendo en una época en la que las tendencias marcan el rumbo acerca de nuestra ropa, donde lo principal es la cantidad: tener muchas camisas de distinto color, jeans y pantalones que se distinguen por detalles irrisorios, ni que hablar de los zapatos que abarrotan nuestros armarios hasta volverse depósitos de polvo. Y a pesar de esto, ¿cuántas veces hemos salido a comprar más ropa por el miedo de que en la próxima ceremonia seamos vistos con las mismas prendas? ¿Es correcto competir de esta manera para demostrar quién tiene más? ¿Es erróneo usar la misma ropa delante de la misma gente?
Kate Middleton es extensamente admirada debido a su estilo elegante, clásico y discreto, que combina con cualquier evento. Pero no es de todos conocido el hecho de que el estilo de la duquesa de Cambridge se caracteriza particularmente por la atención al derroche y el cuidado de sus prendas.
No es una mera coincidencia que Kate Middleton se haya mostrado al público vistiendo varias veces las mismas prendas, vestidos y looks, ya sean formales o informales. Tampoco lo es el que aparezca frecuentemente luciendo productos de la famosa marca fast-fashion Zara.
Ahora bien, ¿de qué manera debemos evaluar esta particular toma de posición sobre la moda? Por otro lado, más allá de su caso particular, ¿hay algo que podamos aprender de todo esto?
Kate Middleton y una lección de sostenibilidad: ¡el porqué de la importancia de emular su estilo!
Sabemos que la moda ocupa el puesto número 2 de las industrias que más contaminan el planeta. Esto no es una sorpresa si pensamos un poco en el volumen de producción de prendas, la energía que consumen las fábricas, las tinturas, los millones de litros de agua que se utilizan en el tratamiento de los tejidos. Ni que hablar de la cantidad de prendas que se arrojan a la basura sin siquiera haberse usado una sola vez. El panorama es desalentador, pero podemos sumar nuestro granito de arena desde nuestra propia casa.
Hay dos maneras principales bastante efectivas para contribuir a la protección del medioambiente, y que también pueden ayudarnos a gastar menos dinero con el tiempo:
- Recycling (reciclaje)
- Upcycling (reutilización creativa)
Recycling significa, básicamente, volver a usar la misma prenda en repetidas ocasiones. En esta época en la que estamos acostumbrados a comprar cada vez más de lo que podemos llegar a necesitar, se corre el riesgo de acumular innecesariamente la ropa. En este sentido, nos hacemos eco de la actitud de Kate Middleton: reutilizamos nuestras prendas en varias ocasiones. Así, no sólo contribuimos a la protección del medioambiente sino que al finalizar el año habremos logrado ahorrar más de lo que esperábamos.
Por su parte, upcycling se refiere al arte de reutilizar las prendas transformándolas en otra cosa para darles un uso nuevo. Es decir, se puede cambiar totalmente su empleo y configuración, e incluso es posible crear prendas nuevas a partir de aquellas que ya han quedado en desuso. De este modo, no sólo la cadena interminable de compras se rompe, sin que también ponemos en práctica nuestra creatividad en la confección de prendas originales.
La práctica continuada de ambas acciones tendrá como resultado lógico la disminución de la producción de la industria de la moda (siempre que se trate de una práctica masiva), y con esto se reducirá a su vez el impacto ambiental.
La mejor tendencia es la que se preocupa por el medio ambiente y nuestro hábitat. Y no olvidemos que por más insignificantes que parezcan estos cambios por referirse a un lugar tan pequeño en perspectiva como lo es nuestro armario, si lo hacemos en conjunto representará un gran alivio para nuestro planeta.