Nada de tomate o pesto, es una receta muy sencilla que conquista el corazón italiano amante de las pastas. Prepara tu almuerzo.
Cuando se trata de pastas, no hay mejores expertos que los italianos; negarlo es inútil. Desde la producción de pasta seca a pasta fresca, después de años y años, se sigue cocinando los domingos por la mañana con amor el ragú, la clásica salsa de carne, o muchos otros deliciosos condimentos.
En definitiva, no podemos decir que haya algún italiano que no ame la pasta. La versión clásica de pasta fresca con tomate o pesto genovés es amada y popular, pero hemos encontrado otra que siempre cautiva los corazones de todos.
Increíblemente fácil y deliciosa, hablemos de pasta, ajo, aceite y chile. Por otro lado, la receta original tiene algunos pasos para lograr una consistencia más cremosa, apetecible y sabrosa. Cada cual, seguramente, tendrá su propia receta, pero hoy te daremos algunos trucos para sentirte un auténtico chef.
Estos son los ingredientes:
- 350 g de espaguetis
- 3 dientes de ajo
- 1/2 chile rojo fresco
- Aceite EVO de calidad al gusto
- Perejil fresco picado al gusto
Nada de pesto o tomate, sino ajo y guindilla para la pasta más rica.
Como ya dijimos, la receta que combina estos ingredientes, tiene distintas variantes según la región. Hay quienes disfrutan agregando el perejil crudo al final de la cocción, otros añaden tomates cherry cortados a la mitad para saltearlos junto a los demás ingredientes. El original, sin añadidos, te lo ofrecemos hoy. Esperemos estés listo para descubrirlo
Preparación: Llevamos una olla llena de agua hasta que rompa hervor. Mientras esperamos pela los dientes de ajo, retira el corazón y corta en grandes trozos. Retira el tallo de la guindilla, trocea también y si no quieres que quede muy picante, asegúrate de remover todas las semillas internas. Junta las hojas del perejil, sin los tallos, agrúpalas y pícalas.
Una vez que el agua hierva, coloca los espaguetis. Vierte un chorro de aceite generoso en una sartén antiadherente y deja a sofreír el ajo y la guindilla. Este paso es recomendable porque, de quemarse, el sabor final sería notoriamente distinto.
Inclina la sartén para sumergir completamente la carne picada, apaga el fuego y espera a que la pasta esté al dente. Escurre directamente en la sartén, agrega un cucharón de agua y no pares de remover.
En los últimos dos minutos de cocción, añade 1/2 cucharón más de agua, pon el fuego al máximo y agrega algunas gotas más de aceite. Siempre batiendo para obtener una crema sabrosa y que sea un éxito. Una vez conseguido, apaga el fuego y agrega el perejil picado en la superficie. Puedes rallar un poco de parmesano una vez servido. Esta es la verdadera pasta favorita de los italianos.