Se trata de un fenómeno astronómico que tendrá lugar el 21 de diciembre. La última vez fue avistada en 1226.
La “estrella de Navidad” o “estrella de Belén” inaugurará el solsticio de invierno en el hemisferio norte, y la llegada del verano en el hemisferio sur; será un espectáculo único generado por una alineación de los astros Jupiter y Saturno.
Este inusual hecho, que marca el cierre de un año devastador para muchas personas en el mundo, se vivirá como una especie de milagro de Navidad ya que no podrá repetirse sino hasta marzo de 2080.
Los científicos aconsejan observar este fenómeno con telescopio, y aunque parezca buena idea hacerlo con binoculares, no lo recomiendan porque el efecto óptico de las dos lentes separadas no permite divisarlo en toda su magnitud.
Por suerte no hay que apurarse para poder ver la “gran conjunción”, como también se lo conoce a este verdadero regalo del cielo, ya que se podrá ver durante varios días y durante las noches previas a Nochebuena.
Los ecuatorianos serán espectadores privilegiados porque desde esas latitudes se manifestará con mayor nitidez; de todas maneras podrá visualizarse desde cualquier lugar del mundo.
Según la tradición cristiana, la estrella de Belén fue la particular señal de luz emanada desde el cielo que guió a los tres reyes magos hacia el lugar de nacimiento del Niño Jesús. Y en este año, tan apocalíptico desde la percepción subjetiva y emocional de miles de personas, se manifestará nuevamente después de 800 años.
Habrá que preparar pochoclo, brindis y toda la escena de avistaje para esperar su llegada en pareja, en familia o con algunos amigos para romper con toda la mufa de 2020 y comenzar a conjurar una energía positiva para comenzar el 2021 con la aparición de la estrella de Navidad.
