Al parecer, el comportamiento de los mosquitos se ve influenciado fuertemente por los colores que eliges usar durante el verano. Existen algunos colores que son más atractivos que otros para estos insectos. Aquí te mostramos cuáles son.
Aunque no lo podamos demostrar científicamente, todos sabemos que los mosquitos aparecen en los momentos menos oportunos. Por ejemplo, cuando intentamos dormirnos luego de un extenuante día de calor y no paramos de dar vueltas en la cama, con la esperanza de recuperar algo de toda la energía que perdimos.
Los mosquitos son unánimemente considerados unos de los insectos más molestos, pues además de las picaduras que padecemos al otro día, pueden estar toda la noche zumbándonos en los oídos, una tortura que en ocasiones nos hace preguntarnos por qué razón tenemos que sufrir semejante castigo.
Al parecer, el comportamiento de los mosquitos se ve influenciado fuertemente por los colores que eliges usar durante el verano. Existen algunos colores que son más atractivos que otros para estos insectos. Aquí te mostramos cuáles son. Antes de seguir, tal vez quieras ponerte un poco más de repelente.
Los mosquitos aman los colores cálidos
Este vínculo en apariencia arbitrario fue confirmado por una investigación desarrollada en la Universidad de Washington, a partir de la cual se descubrió que los mosquitos hembra del género Aedes aegypti (transmisor del dengue y la fiebre amarilla) prefieren algunos colores sobre otros, como el rojo y el naranja, es decir, colores cálidos, aunque también el negro y el cian.
Por el contrario, los colores fríos como el morado, el verde, el azul o el blanco no son atractivos para los mosquitos, de manera que si tu armario se compone de colores cálidos, estás en problemas.
Pero el tema de los colores no se agota en la vestimenta, pues nuestro cuerpo también tiene su propia tonalidad. En concreto, nuestra piel aparece ante los ojos de los mosquitos tirando a rojo o a naranja.
No obstante, el color no lo es todo. Si en la oscuridad nos atacan es porque perciben algo más: el olor. Dependiendo del tipo de aroma que emana nuestra piel, ellos seleccionan a su mejor víctima. Por último, el dióxido de carbono es el que tiene el papel protagónico en la atracción de estos insectos, puesto que es la principal razón por la que se acercan y nos atormentan con su zumbido y sus aguijones.