Si bien existen múltiples recetas para el plato principal, hay una que hará tu almuerzo delicioso y cómodo. Todos quedarán satisfechos con esta preparación.
Siempre es un tema cuando los amigos aparecen repentinamente de visita. Claramente los invitamos a comer y hacemos lo que sea para brindarles comodidad. Es importante no entrar en pánico en estas situaciones y no caer en la desesperación. No hace falta preocuparse si no se te ocurre qué preparar. Tenemos la solución perfecta para que, con un solo paquete de pasta, se resuelvan todos los problemas.
Lo que mejor puede satisfacer las necesidades de todos los comensales es el plato principal. Vegetarianos, veganos y omnívoros, esta receta es tan simple que queda en evidencia, aunque no lo hayas pensado.
Te recordamos eso que seguro has comido de niño, pero aquí le agregamos algunos trucos por parte del chef.
El sabor del plato de pasta que satisface a todos
No es normativo que haya que preparar un primer plato para satisfacer a los invitados. La simplicidad es la que a menudo brinda las soluciones más satisfactorias. Los ingredientes y materias primas realzadas al fuego forman parte de una técnica que cada vez está más presente en la cocina.
Los espaguetis son los protagonistas de hoy, un must have de la cocina italiana. Vas a necesitar una olla y una sartén para esta receta. Hay que hervir el agua, agregarle sal y cuando rompa hervor condimente al gusto.
Pela dos dientes de ajo, o puedes escalfarlos. Ponlos en una sartén sobre aceite caliente, perejil y pimiento rojo. Si eliges dulce o común, da igual, depende de tus gustos personales.
Hecho este ligero sofrito, vamos con el protagonista principal: espaguetis con pan rallado. Hay que colocar migas picadas finamente con una batidora. Puedes usar el pan duro que estabas por tirar y dejar unos trozos más grandes.
Deja que las migas se sazonen para que se vuelvan agradables y crujientes. No hay que cocerlas completamente en la olla. Hay que colocarla en la sartén con la salsa para que culmine el proceso de cocción. Así ni se pegará ni se secará.
El desenlace final es una palmadita de felicidad en la panza.