Poblaciones de perros y gatos asalvajados se alimentan de animales autóctonos. Esta fauna feral puede provocar desastres naturales. ¿Qué podemos hacer al respecto?
Es casi imposible imaginar que nuestros perros y gatos puedan representar un peligro para otros seres vivos. Sin embargo, nuestra irresponsabilidad los expone al sufrimiento de una vida miserable y los convierte en un enemigo público en otras situaciones.
¿De qué estamos hablando? De la fauna feral: perros y gatos abandonados o criados en la calle que asumen por instintito conductas salvajes, fuera de la socialización del entorno doméstico que supone el contacto con los humanos.
Por eso, estas manadas de animales pueden adoptar conductas agresivas. En entornos rurales, los perros adquieren comportamientos similares al lobo y se adaptan al entorno natural respondiendo a su instinto animal alimentándose de otros animales.
En el caso de los gatos domésticos, que se acostumbran a pasar la mitad de su vida en la calle, pueden representar un peligro para especies de pájaros autóctonas. Incluso para pequeños lagartos, ardillas, conejos, murciélagos. Este es el caso de la fauna semiferal.
Peligro: fauna feral al acecho de otros animales
En estado salvaje y de subsistencia por sus propios medios, estos animales se llevarán por su instinto y su reproducción será inevitable. Sabemos que no están haciendo nada malo, no obstante, tarde o temprano se convierten en un problema público.
Además de alimentarse de especies nativas, disminuyendo considerablemente sus poblaciones en algunos casos, también perros y gatos compiten con otras especies.
¿Qué quiere decir esto? Que probablemente se alimentarán de animales cuya cantidad se regula naturalmente por la existencia de los depredadores naturales dentro de cada ecosistema.
Además, si los depredadores ven disminuida su fuente de comida pueden migrar hacia otras zonas, causando un desequilibrio natural.
Problemas de la fauna feral para el medioambiente
Un estudio realizado en 2017 por el U.S. Fish and Wildlife Service en relación a las tasas de depredación de los gatos ferales comprobó que es uno de los cazadores con mayor resultado de éxito.
Esta dependencia del gobierno estadounidense consideró que anualmente los gatos matan a entre 1.400 y 3.700 millones de aves, y entre 6.900 y 20.700 millones de mamíferos que viven en aquel país.
En algunas situaciones pueden ocasionar desequilibrios ecológicos. Es el caso de la fauna feral de las Islas Galápagos, que pone en jaque la ya amenazada existencia de algunas especies de iguanas marinas y tortugas.
¡No nos engañemos! Los culpables somos los humanos
Lamentablemente, ante el peligro que representa para muchas especies en peligro de extinción, el sacrificio de fauna feral está dispuesto por ley.
Pero esto podría ser evitado tomando los recaudos y la responsabilidad que nos corresponde. Cada vez que se abandona una mascota contribuimos a esta situación. Los perros y gatos son adorables de cachorros, pero cuando los adoptamos el compromiso es para toda la vida.
Si no esterilizamos a nuestros animales domésticos ni nos asesoramos sobre campañas públicas, siempre estaremos siendo parte del problema.
En muchas ciudades del mundo se aplican políticas sanitarias extremadamente crueles en las que los animales «callejeros» pagan con su propia vida el precio de la irresponsabilidad de quienes los echaron de casa.
¿Qué puedes hacer al respecto?
Compartimos estos consejos para disminuir el crecimiento de la fauna feral donde vives:
- Fomenta en tu casa y comunidad la educación contra el abandono de mascotas y promueve legislación que desaliente estas situaciones.
- Cuando obsequies una mascota, asegúrate de que quien la reciba le dará una vida apropiada y la tratará de manera responsable.
- Lo aconsejable es no dejar salir a las mascotas de casa o evitar su fuga. Si las dejas salir, que sea con supervisión: recuerda que eres el humano responsable de su vida y de lo que pueda causar al entorno.
- Los cachorros no son un juguete. Enséñales a los niños a ser responsables de la vida de este animal; por más que pierda el interés, es su deber protegerlo.
- No postergues la esterilización de tu mascota. Con el asesoramiento de un profesional veterinario, encárgate de hacerlo en el tiempo necesario y respeta el calendario de vacunas.
- No premies ni festejes conductas agresivas de tus mascotas hacia otros animales.
- Jamás abandones a los cachorros por más que no los quieras; cientos de organizaciones y de personas les abrirán su corazón.
- Si brindas tiempo de juego y contención a tus mascotas, su instinto agresivo y cazador se verá disminuido ya que no necesitarán desarrollar la supervivencia extrema.
- Denuncia casos de abandono de perros y gatos; existen ONG en todos los países que acuden a su rescate.
- Infórmate sobre nuevas enfermedades y recaudos para resguardar la salud de tus mascotas.
- En la vía pública, lleva a tu mascota con collar, chapa de identificación y correa para evitar que se escape o se pierda.
- Seguramente te lo han dicho en todos los idiomas, pero nunca está de más aconsejarte: no compres mascotas, siempre adopta al que te robe el corazón de inmediato.
También puede interesarte:
- Animales callejeros: ¿cómo puedes ayudar a frenar la sobrepoblación?
- Lobos en Yellowstone: el retorno del equilibrio a la naturaleza