Una buena organización del refrigerador a partir de la ubicación correcta de tus compras puede hacer que éstas se conserven mejor. De este modo es posible ahorrar más dinero, puesto que se desperdician menos alimentos, al mismo tiempo que se reduce el consumo de energía.
El refrigerador es de esos electrodomésticos imprescindibles. Su uso es de vital importancia dado que la conservación de productos alimenticios evita hacer compras individuales que pueden perfectamente caber en una sola.
Lo habitual es que ordenemos nuestras compras a ojo, sin diferenciar bien los sectores en los que las acomodamos. Básicamente, colocamos nuestros empaques y recipientes en virtud del espacio que está disponible en ese momento.
Pero lo mejor es en realidad colocar cada alimento a la temperatura que le corresponde de acuerdo a su naturaleza, dependiendo de los diversos compartimientos del refrigerador. De este modo será posible hacer que los productos perduren mucho más.
Por otra parte, y más allá de los beneficios respecto de la comida, tener un refrigerador organizado garantiza también ahorros en la factura de luz. A continuación veremos cómo hacer que nuestro refrigerador sea más eficiente en cuanto a conservación y disminución del consumo.
La mejor organización de tu refrigerador
En primer lugar, debes saber que los sectores y compartimientos de este electrodoméstico no existen azarosamente sino que están específicamente diseñados para albergar cada alimento de acuerdo a su temperatura aproximadamente ideal.
Teniendo en cuenta lo anterior, al organizar las compras lo hacemos del siguiente modo:
- En la parte superior guardamos dulces, manteca, quesos y lácteos.
- En la parte central, colocamos los alimentos ya cocidos (sobrantes o alimentos hechos con antelación) y productos precocidos, salsas envasadas, conservas y fiambres.
- En la zona inferior debemos poner carne, pescado y alimentos crudos (a excepción de frutas y verduras)
- Las frutas y las verduras las guardamos en los cajones
- En la puerta colocamos los alimentos que no requieren mucho frío, como los huevos, las salsas y bebidas varias.
- Nunca recargamos nuestro refrigerador. Cuando éste se halla abarrotado de cosas, los alimentos no se enfrían adecuadamente y, por lo tanto, no se conservan tan bien, además de provocar un mayor consumo de energía.
- Una buena forma de prevenir la descomposición de los alimentos y su desperdicio es anotar y dejar pegada en la puerta alguna nota (pueden ser post-its) con las fechas de caducidad más próximas.
Hay que tener en cuenta que la temperatura ideal del refrigerador está por ahí de los 4º, de manera que no hay que subirla ni bajarla demasiado. Asimismo, el frío debe poder circular libremente por el interior, así que no deberíamos colocar cosas muy cerca de la pared posterior.
Por último, no hay que olvidarse de mantener el congelador, que también es parte del refrigerador. Hay que descongelarlo regularmente para derretir la escarcha y el hielo, y limpiarlo bien con bicarbonato de sodio y agua. Por si no lo sabías, el exceso de hielo provoca un consumo mucho mayor de electricidad.