El mundo debe encaminarse hacia una meta de emisiones cero. ¿Cuáles son los planes de las principales potencias para lograrlo?
El 28 de enero se celebra el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2. En esta fecha, también conocida como el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, nos preguntamos: llegar a cero emisiones netas de carbono para 2050, ¿es posible?
El compromiso de los Estados con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la voluntad política frente a lo firmado en el Acuerdo de París serán claves para la reducción de la huella de carbono.
El gran objetivo del Acuerdo de París es que las naciones del planeta reduzcan la contaminación de la atmósfera para frenar el cambio climático. Para ello, la ONU advierte que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben caer un 7,6% cada año hasta 2030. De lo contrario, el mundo no alcanzará el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5° C por encima de los niveles preindustriales establecido en el acuerdo.
Por su parte, los ODS plantean metas hacia 2030. Así, 193 Estados miembros de Naciones Unidas deberán implementar medidas para mejorar la calidad de vida de las ciudades -que son los principales centros de contaminación mundial en cuanto a generación de gases de efecto invernadero (GEI)- y para la generación de energías limpias.
Recientemente, la cumbre One Planet Summit selló la voluntad de 50 países de proteger el 30% del planeta para el 2030 para mitigar los impactos del calentamiento global.
La carrera hacia la meta de emisiones cero
¿Cuáles son, entonces, los compromisos asumidos por las grandes potencias mundiales para la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero?
Teniendo en cuenta que encabezan el ranking de los países más contaminantes, veremos cuáles son las acciones planteadas por China, Estados Unidos, India, Alemania, Japón y Alemania tendientes a lograr las emisiones cero.
China promete una revolución verde
Durante la 75° Asamblea General de la ONU, celebrada en septiembre de 2020, el presidente chino Xi Jinping se comprometió a iniciar una verdadera “revolución verde” en el país para reducir los GEI. Y es que las emisiones de este país superarían el neto generado por los 28 países de la Unión Europea.
Este objetivo implicaría una serie de medidas como la compensación de carbono. Así, los niveles de carbono producidos por China no podrán superar la cantidad de gases que son absorbidos por acción de océanos y bosques. La meta es lograr la neutralidad de carbono hacia 2060.
En diciembre, el gigante asiático se comprometió a lograr que el 25% del total de su producción energética provenga de energías limpias para el 2030.
Nueva agenda ambiental en Estados Unidos
Estados Unidos es uno de los países que más GEI emite a la atmósfera. Y aunque la gestión de Donald Trump estuvo disociada de las demandas de la comunidad internacional en cuanto al problema de la crisis climática, numerosas empresas y cerca de 1.500 líderes políticos integraron el movimiento We Are Still In.
Esta cruzada se organizó en apoyo a la acción climática acordada en el Acuerdo de París, a mantener el calentamiento de la Tierra por debajo de 2 ℃ y a acelerar la transición hacia una economía de energía limpia.
Con el cambio de mando el pasado 20 de enero, la agenda ambiental de Estados Unidos volvió a encaminarse hacia el objetivo de cero emisiones para el 2050. Joe Biden prometió acciones concretas contra la crisis climática, como el regreso al Acuerdo de París y un plan económico de dos trillones de dólares para crear millones de puestos de trabajo relacionados a la producción de energías sostenibles.
India con beneficio climático en pandemia
Según el informe Carbon Brief, por primera vez en cuatro décadas las emisiones de carbono en India se redujeron un 1,4%. Esto se debió a la paralización de la actividad económica e industrial debido a la pandemia, pero también por un mayor empleo de energías limpias.
Hacia 2030, el 40% del consumo energético del país deberá provenir de energías renovables. Por ello, el principal desafío será abandonar un modelo económico basado en el consumo de combustibles fósiles.
India cuenta con una ley de protección del aire vigente desde 1981. Sin embargo, lejos de lograr que disminuyeran los niveles de contaminación, la quema de biomasa y combustibles ha aumentado tanto en los últimos años que varias ciudades indias son consideradas como las más contaminadas del mundo.
Japón, en retroceso por fiscalizaciones
Japón es uno de los países asiáticos con mayor cantidad de medidas ejemplares para mitigar los niveles de emisión de GEI. Cuenta con un exitoso sistema de fiscalizaciones de los gobiernos locales para sancionar al sector privado ante una infracción a la ley que controla las emisiones de carbono.
Shinzo Abe, ex primer ministro japonés, tuvo que priorizar la cuestión ambiental en su agenda política. Esto debido a la alerta de la Agencia Metereológica Nacional sobre las terribles consecuencias por el cambio de clima en un territorio ya castigado por desastres ambientales.
Alemania y una nueva era sin carbón
Ante protestas ambientalistas, en julio de 2020 la Cámara Baja del Parlamento alemán sancionó una ley para comenzar a instrumentar el abandono del uso del carbón como fuente de energía. Su completa eliminación se prevé para 2038.
La nueva disposición establece la distribución de indemnizaciones a sectores y empresas afectadas por el periodo de transición. Sin embargo, ecologistas sostienen que la eliminación del carbón debería cumplirse antes de ese tiempo para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
Reino Unido moviliza al sector privado
En sintonía con los compromisos asumidos por el Reino Unido en la cumbre One Planet Summit, el príncipe Carlos pidió al sector privado británico a realizar inversiones por 10.000 millones de dólares en recursos sostenibles para 2020, como parte del programa Estatuto de la Tierra.
Este programa contempla acciones realizadas por empresas para el impulso de la restauración forestal y agrícola para contribuir al plan de emisión de cero carbono. Esto sumado al fondo de más de 15.000 millones de dólares que posee el gobierno de Boris Johnson para afrontar los problemas del cambio climático.