Deja de convivir con él. Revisa todos los rincones de tu casa y cuando lo encuentres: elimínalo! Podría causarte severos problemas respiratorios. ¡Es algo serio!
La mayoría de la gente ha convivido con él sin saberlo o ignorando este problema toda su vida. Hasta tanto no aparecen los síntomas, la situación no es considerada alarmante. No obstante, muchas personas terminan por desarrollar problemas respiratorios, pero esto no es lo único.
Estamos hablando, particularmente, de la aspergilosis, una peculiar condición que afecta al sistema respiratorio y que con el tiempo genera gravísimas consecuencias en la salud.
Esta enfermedad es producida por el contacto prologado con un elemento existente en todo el mundo, y que puede ser hallado con relativa facilidad en muchos hogares: el moho Aspergillus fumigatus.
Por lo general, podría decirse que casi todos ingresamos a nuestros pulmones las esporas de este moho tóxico. Por fortuna, en la mayoría de los casos nuestro sistema inmune puede lidiar con ellas satisfactoriamente, y aunque estemos expuestos continuamente a este moho, no suelen aparecer síntomas.
No obstante, la situación es otra cuando se trata de personas que cuentan con patologías preexistentes o tienen un sistema inmune débil. En estos casos, la probabilidad de contraer esta enfermedad aumenta sustancialmente.
Los trastornos que puede generar el moho: enfermedades respiratorias y más
Una de las enfermedades que puede provocar la exposición al Aspergillus fumigatus es la aspergilosis invasiva, uno de los tipos de aspergilosis más severos que existen.
Como señalamos recién, esta enfermedad ataca particularmente a personas cuyo sistema inmune es débil o padece de una condición preexistente, como puede serlo el hecho de haber recibido un transplante de órganos.
Pero esto no es todo, puesto que el riesgo también es alto para aquellos que ya cuentan con patologías vinculadas con el sistema respiratorio, por ejemplo, quienes padecen de fibrosis quística o han tenido Covid-19. A esto se suma el tema de la sintomatología. En su etapa inicial, la aspergilosis puede presentar síntomas comunes que no son fáciles de asociar con esa enfermedad.
Los síntomas de la aspergilosis
Al principio, los síntomas de la aspergilosis no son diferentes de los de otras enfermedades respiratorias más comunes, entre ellos: fiebre, cansancio, tos, dificultad para respirar y falta de aliento.
Por este motivo, su diagnóstico no suele ser de carácter inmediato, justamente por la dificultad que implica su identificación. Sin embargo, una vez que la enfermedad ha avanzado lo suficiente, la tos viene acompañada de sangre, la cabeza empieza a doler, se tienen problemas de visión, el cuerpo duele y pueden aparecer lesiones en la piel.
Si la enfermedad no se detecta a tiempo y no se comienza el tratamiento adecuado, el resultado final es la muerte. Por desgracia, hasta que no aparecen signos indubitables de lo que está ocurriendo, los médicos no pueden actuar si no saben exactamente con qué están lidiando.
Cómo prevenir la aspergilosis
Hasta el momento, el diagnóstico solo se ha podido confirmar mediante el análisis de muestras de tejido en la biopsia. Solo de este modo es posible descubrir la presencia de moho en el organismo.
Recoger muestras de tejido cuando la aspergilosis alcanzó un estado avanzado es sumamente peligroso. Para no correr riesgos, se suele aplicar, en la mayoría de los casos, un tratamiento fúngico sin hacer estudios específicos. El problema es que esta clase de tratamientos podría generar efectos secundarios.
Actualmente se está buscando desarrollar una técnica menos invasiva que permita diagnosticar tempranamente la aspergilosis para comenzar el tratamiento adecuadamente. Por el momento, la mejor forma de prevenir la enfermedad es revisar todos los rincones de la casa y eliminar el moho apenas se lo encuentra.