El excremento de aves o guano es un fertilizante natural que permitió el desarrollo de civilizaciones preincaicas en América. Facilitó la supervivencia hasta en el desierto de Atacama.
La vida en tiempos remotos no era sencilla, pero el ingenio humano ha permitido a civilizaciones enteras adaptarse hasta en las condiciones más extremas. Este es el caso de civilizaciones que habitaron en el desierto de Atacama, en Chile, en siglo II.
Investigadores de la Universidad Católica de Chile y la Universidad de Oxford descubrieron que estas comunidades lograron adaptarse al medio consiguiendo agua en oasis. Pero, fundamentalmente, alcanzaron su desarrollo en base a la agricultura basada en un súperfertizante natural que les permitió generar cultivos.
Se trata de excremento de aves o guano, que se llevaba desde las costas del océano Pacífico al desierto. Este fertilizante se utilizaba luego en los cultivos.
Arqueología en busca de rastros de guano
La teoría parte de estudios arqueológicos realizados en 14 sitios de Atacama. De estos lugares se extrajeron 246 muestras de restos de cultivos y plantas que luego fueron analizados.
En la investigación se buscaron rastros de isótopos de nitrógeno (15N/14N) que actúan como rastreados de procesos bioquímicos naturales. Los estudios se realizaron en restos de maíz, calabaza y chiles.
Los resultados arrojaron altas concentraciones de estos isótopos en restos de alimentos que datan del año 1.000 en adelante. Además, este trazador también se detectó en restos óseos humanos encontrados en estos sitios arqueológicos.
El nitrógeno tiene altas concentraciones en peces, por eso primero se pensaba que estas personas se alimentaban del mar. Este estudio descubrió que el nitrógeno llegó a lo humanos a través del guano. Es que las aves marinas se alimentaban de peces y su excremento era utilizado como fertilizante.
El fertilizando como bien de control
Otra cosa que detectaron los científicos fue que no todos los asentamientos o poblaciones tenían acceso igualitario a este súperfertilizante. Los rastros de nitrógeno fueron más elevados en los restos de alimentos analizados en sitios más próximos al mar.
En comunidades más alejadas se detectó la presencia de otro tipo fertilizante, un abono verde proveniente del guano de llamas u otros camélidos.
Lo que los investigadores presumen es que el acceso al guano como fertilizante pudo utilizarse como herramienta de control y poder en épocas preincaicas.
El uso del guano como insumo fertilizante para cultivos se extendió hasta casi el siglo XX. Luego, fue sustituido por abonos sintéticos, que son más económicos. Hoy en día, la extracción de guano de aves costeras en el mar chileno es una actividad que está prohibida.