En pandemia han crecido los problemas derivados de la soledad, pero en Corea del Sur el movimiento Honjok enseña que hay formas constructivas de vivirla.
En Inglaterra, el centro de atención a adultos mayores Silver Line Helpline recibe 10.000 llamadas por semana de personas que necesitan una voz que les haga compañía.
Esta situación se ha replicado en otros lugares, a tal punto que gobiernos locales han desarrollado programas para mitigar la soledad. Y es que esto se ha convertido en un problema de salud pública, acrecentado en tiempos de pandemia.
Así lo devela un artículo del New York Times, donde se explica que organizaciones como la Asociación de Personas Retiradas o la United Health Foundation, en los Estados Unidos, hablan de una epidemia de soledad. Y la comunidad médica ya advierte sobre las consecuencias en la salud física y emocional.
Esta es una realidad que viven millones de personas en el mundo. Pero la psicoterapeuta estadounidense Francie Healey brinda otro abordaje de la soledad. Y lo hace a través del análisis del fenómeno cultural Honjok: el surgimiento de tribus urbanas compuestas por una sola persona.
Una contracultura se rebela contra un orden establecido
El Honjok es un movimiento que nació en esta nueva normalidad instalada por la pandemia. Nacido en Corea del Sur, rechaza los valores colectivistas y comienzan a fundarse hogares de una sola persona.
En su libro “Honjok: el arte de vivir en soledad”, Healey examina el fenómeno cultural iniciado en 2017 por jóvenes que desafiaban el estilo de vida tradicional y las normas sociales. Su libro se basa en las entrevistas a 15 personas practicantes de este nuevo movimiento.
Durante su investigación, pudo observar que muchas de las personas que practican el Honjok son mujeres, a quienes históricamente obligan a casarse y a formar una familia, tal vez con mayor presión que a los hombres. Por esta razón, es un movimiento contracultural que tiene mucha crítica intrínseca a los mandatos.
“Esas normas dictan que los hombres tengan trabajos exitosos en empresas prestigiosas que les permitan mantener una familia, y que las mujeres prioricen siempre la familia, por más que tengan una alta formación académica o una carrera, y que cumplan con las expectativas de los exigentes estándares de belleza”, explicó Healey en entrevista para la BBC.
Por qué vivir en soledad es un arte
La psicoterapeuta estadounidense destaca el lado positivo del Honjok, entendido como una búsqueda personal para conocerse en profundidad. Es una posibilidad para cultivar el auténtico mundo interior.
Según Healey, esta tendencia reúne a personas que disfrutan de actividades en soledad y que decidieron vivir así de manera consciente. En este sentido, sostiene que la soledad puede verse como una oportunidad.
Durante una de las entrevistas, una joven de alrededor de 30 años le confesó que siempre había sido sociable, pero que comenzó a adoptar el estilo de vida Honjok y a raíz de esta experiencia todo había cobrado un sentido más pleno.
“Tuvo una especie de iluminación espiritual practicando más actividades de mindfulness y meditación, y desarrollando su curiosidad hacia intereses creativos y artísticos con cosas que había estado posponiendo porque tenía otras distracciones”, relató Healey.
La autora recomienda practicar el Honjok con pequeñas acciones. Por ejemplo prestar atentos a la respiración o realizar actividades creativas. Se trata de buscar formas de activar otras partes del cerebro y desarrollar hábitos o patrones de comportamiento más diversos.
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