Existen maneras de recolectar agua de lluvia y aprovecharla para diversos usos como regar o lavar la ropa, permitiendo ahorrar agua potable.
Sentir caer la lluvia es una delicia, pero mejor aún es disfrutarla sabiendo que podremos aprovecharla.
La idea es sencilla y llevarla a la práctica, según nuestras ambiciones, también. Existen numerosos sistemas, tanto caseros como comerciales que, a base de canaletas y contenedores, nos permiten almacenar grandes cantidades de agua de lluvia. Posteriormente, podemos utilizarla para diversas actividades, ahorrando de esa manera el agua potable.
La lluvia, un recurso natural para aprovechar
Existen numerosos regímenes pluviales a lo largo y ancho del planeta. Hay zonas ecuatoriales en donde llueve prácticamente durante todo el año y las inundaciones son algo regular y parte de la vida diaria. Existen, también, zonas desérticas donde las precipitaciones suceden unos pocos días al año y toda la vida del lugar está adaptada para sobrevivir de esa manera. Entre ambos extremos, tenemos un abanico de realidades intermedias.
Consideremos aquellas zonas en donde las lluvias a veces escasean y pueden llegar a presentarse períodos de sequía, o donde simplemente el agua resulte ser un motivo de preocupación durante algún momento del año. En estas situaciones, pero también pensando simplemente en el ahorro sostenible del agua potable, ¿por qué no almacenar el agua de lluvia y aprovecharla?
El agua que sale del grifo tuvo que pasar antes por una una serie de tratamientos para eliminar materiales minerales y orgánicos, además de contaminantes biológicos que puedan estar presentes y que representen un riesgo potencial para la salud de las personas. Y esto tiene un coste económico. Por el contrario, el agua de lluvia es limpia y pura, ¡y completamente gratis!
¿Cómo obtener una red de recolección de agua de lluvia?
Lo primero que necesitamos es una red de recolección, siendo la más usual y efectiva la red de canaletas y bajantes que se encuentran en los tejados de nuestras viviendas.
Este sistema debe conducir el agua de lluvia algún tipo de depósito. Si queremos un aprovechamiento óptimo, lo que se sugiere es la utilización de filtros que evitan la entrada de los primeros litros de agua, los cuales suelen arrastrar restos de hojas, tierra y demás suciedades que se fueron acumulando durante los períodos sin lluvias.
Hay filtros de todas las formas y colores, los hay sencillos y complejos y su elección dependerá de nuestros objetivos o requisitos.
En cuanto a los tanques o depósitos, también se encuentran en el mercado de diferentes formas y tamaños, algunos incluso son modulares por lo que podemos ampliar nuestra capacidad de almacenamiento si vemos que fuese necesario. Para aprovechar mejor el uso del agua, será necesaria también una bomba.
Los hay decorativos, que combinan su utilidad con una buena estética para nuestros jardines. También existen tanques diseñados para enterrarse si no disponemos de espacio suficiente en la superficie. Su desventaja es el costo de colocación y el hecho de que se requiere realizar un importante movimiento de tierra para su instalación.
Normalmente, si no utilizamos el agua y la dejamos almacenada en el depósito, nos durará tres o cuatro días nada más. Al no moverse, el agua estancada acabará pudriéndose enseguida. Lo mejor es que nuestro depósito tenga tapa y no le de la luz para que no proliferen las algas.
Usos que podemos darle al agua de lluvia
Con el agua recogida podemos sustituir hasta un 50% de los usos domésticos del agua potable, lo que representa un ahorro considerable de recursos económicos, energéticos y medioambientales.
¿Cuáles son entonces estos usos? La regla es simple: todo uso que no se requiera agua potable, es decir, que no vaya a ser ingerida.
Todo esto puedes realizarlo con agua de lluvia:
- Limpieza de vehículos: coches, motos, bicicletas pueden ser lavados con este recurso. También se puede recargar el depósito del limpiaparabrisas
- Limpieza del hogar, tanto interna como externa.
- Bañar a las mascotas.
- Riego de huertas y jardines, que se verán muy favorecidos por la ausencia de cloros y carbonatos, algo beneficioso para las plantas.
- Para lavar y planchar la ropa: si utilizamos agua de lluvia para nuestras lavadoras evitamos la aparición de depósitos de sales duras, algo que también vale para el agua que utilizamos en nuestras planchas a vapor. De esta manera, se requieren menos cantidades de jabón y suavizante para la ropa, a la vez que la misma se estropea menos con cada lavado.
- Depósito del inodoro: para ello se requieren algunas adaptaciones extras para poder recargarlo constantemente ya que es un aparato de uso diario.
Cada gota de agua cuenta, los recursos naturales escasean cada vez más y el agua ha pasado a ser un bien escaso y muy preciado en muchas partes del planeta. Almacenarla cuando está disponible para poder aprovecharla posteriormente es una idea inteligente para consumidores responsables que buscan un nuevo estilo de vida.