La industria alimenticia es responsable del 38% de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera. La agricultura genera el mayor impacto.
Ninguna de las acciones que realizamos en nuestra vida está desligada de la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. La producción y el consumo de alimentos, comer y beber, son parte de nuestras rutinas vitales que tienen su contribución al cambio climático y al calentamiento global.
Según UN estudio realizado por Naciones Unidas y publicado en Nature Food, la cadena alimenticia y su sistema productivo son responsables de un tercio de las emisiones totales de gases a la atmósfera. En números, esto significa que el sector emite entre 11.000 millones y 18.000 millones de toneladas de gases contaminantes al año.
¿Qué es lo que produce esta contaminación? Todo EL PROCESO. Desde la producción hasta el transporte, el almacenamiento el consumo y el desecho de los alimentos.
Para entender que esto nos toca a todos, basta entender que hasta el envasado del vino o la cerveza contribuye al cambio climático. Y esa barbacoa o el arroz que prepararás esta semana, también.
El estudio presentado es una base de datos que permite seguir la evolución de las emisiones de la industria alimenticia desde 1990 hasta la fecha. Esto permite crear modelos de predicción y tendencias para comportamientos futuros.
La agricultura y distribución, los grandes emisores
La producción de alimentos en la tierra es lo que genera la mayor contaminación. El trabajo intensivo de la ganadería y los cultivos son los que provocan un 38% del total de las emisiones.
Sobre este punto, la ONU resalta que el mayor impacto está dado por la deforestación y la utilización de fertilizantes. El avance de la frontera agrícola sobre los bosques no solo está dado por los cultivos, sino también por la ganadería, que además genera un gran volumen de emisiones de metano, producida por el sistema digestivo de los animales.
Este gas representa un 35% del total de las emisiones. Pero no solo proviene de la ganadería, los cultivos de arroz también aportan una significativa cantidad de metano a la atmósfera.
En orden de impacto generado por la industria alimenticia sigue la contaminación generada por el transporte y la distribución de los alimentos producidos. La logística aporta el 29% del total de gases emitidos por el sector.
Comercialización y consumo: del campo a la atmósfera
El circulo de la contaminación de la atmósfera a través de la alimentación se completa con la comercialización, el consumo y el desperdicio de comida. En el primer eslabón de esta cadena (almacenes y supermercados) la emisión de gases es liderada por los sistemas de refrigeración.
Y respecto a este punto el problema no está dado por el volumen de emisiones generados por freezers y neveras, si no por el tipo de gas que estos aparatos emiten. Se trata de fluorados, que al interactuar con otros gases en la atmosfera profundizan el efecto de calentamiento global.
Además, la refrigeración de alimentos impacta directamente en el consumo de energía, cuya producción dependen principal mente de combustibles fósiles, lo que lleva a la emisión de carbono. Así, la cadena de frío representa un 5% de las emisiones totales de la industria alimentaria.
El envasado de los alimentos que consumimos continúa en la lista de los impactos. La producción de cartón, plásticos, aluminio y vidrio que se utilizan para la conservación de la comida genera sus emanaciones.
Así, el envasado es responsable del 5,4% de las emisiones generadas por los alimentos. La bebida está en la lista de mayor impacto por el envasado del vino y la cerveza.
Para el final queda el consumo irresponsable y el desecho de los alimentos. El desperdicio generado en gran volumen impacta en océanos por los plásticos, mientras la atmósfera se perjudica por los gases liberados por la descomposición de alimentos en los grandes vertederos.
China, Indonesia, Estados Unidos, Brasil, la Unión Europea e India son los países que lideran el planeta en cuando contaminación generada por producción de alimentos.