El país europeo puede enfrentar un serio problema ambiental si no disminuye la cantidad de residuos que vierte al mar.
La grandes manchas de residuos generados por acción del hombre en mares y océanos son una triste realidad. Más de un millón de animales mueren al año -muchos de ellos en peligro de extinción- atrapados o ahogados en islas o lechos de basura, que a medida que pasa el tiempo aumentan su tamaño y afectan una enorme porción de los ecosistemas marinos.
En ese sentido, la contaminación que genera la acumulación de desechos en el agua es una amenaza latente para España, cuya superficie marina representa más del doble de la superficie terrestre.
Según la organización Oceana, las aguas marítimas españolas corren un serio riesgo por el hecho de que el Mediterráneo es un mar semicerrado con una geomorfología compleja donde existe el incremento de las urbanizaciones costeras y el incesante consumo de plásticos descartables.
Los ríos y las ciudades costeras son las principales vías de contaminación de los mares. Así, el archipiélago balear, parte de Murcia y el mar de Alborán están consideradas como zonas vulnerables, mientras que la plataforma continental cantábrica, donde se encuentran Galicia, Cantabria y el País Vasco, es considerada de riesgo.
Se estima que el 80% de la basura que se acumula en los mares proviene de tierra firme. Los residuos plásticos que se generan lejos de las costas llegan al agua por los sistemas de alcantarillado de las ciudades, arrastrados por tormentas o empujados por el viento desde los vertederos o entornos humanos.
Mediterráneo: el mar con más plástico en Europa
Toda la actividad humana en zonas costeras es la que mayor impacto tiene, y si a esto le sumamos la existencia de ríos en estos sectores, el arrastre de basura al mar se potencia. Un dato no menor es que la economía española depende en buena medida del agua por la pesca, la construcción naval y el turismo .
La presencia de basura de áreas protegidas por su biodiversidad es una preocupación. El Mediterráneo es el mar con más presencia de plásticos en Europa y esto afecta a dos sectores de gran valor ambiental para España: el escarpe de Émile Baudot (Islas Baleares) y el Seco de los Olivos (Almería).
El escarpe, que recorre casi 300 kilómetros de lecho marino desde el sur de Formentera hasta Menorca, está incluido en el Parque Nacional de Cabrera, que es hogar de grandes mamíferos marinos, aves y peces que se alimentan de los nutrientes que concentran de sus aguas.
En el fondo de este refugio de vida se han encontrado bolsas, envases, botellas, vasos, cintas, láminas y sacos que terminan asfixiando a cientos de animales.
El Seco de los Olivos es hogar de cetáceos, tiburones, múltiples especies de peces, corales y esponjas. Un dato llamativo: en este lugar se encontró la primera esponja carnívora de España.
Bajo estas aguas, la vida marina debe enfrentarse a residuos relacionados con actividades pesqueras, tanto profesionales como deportivas. Principalmente, se han documentado materiales plásticos como sedales, redes, nasas, cabos y rezones, entre otros. Pero además, también se hallan bastantes residuos procedentes del tráfico marítimo, ya sean restos de envases y embalajes, bolsas de plástico y cajas, además de otros elementos de orígenes diversos, como baterías y hierros.
Plásticos en mares: un problema global
El problema no es sólo de España. Las grandes acumulaciones de plásticos en mares y océanos son una problemática ambiental global. Según ONU Medioambiente, el mundo produce unas 300 millones de toneladas de residuos plásticos por año, lo que equivale a un promedio de generación de 40 kilos anuales de este tipo de desechos por persona.
Esta problemática no sólo afecta a animales marinos. Los 150 millones de toneladas de desechos plásticos acumulados en las superficies y fondos de mares y océanos afectan también a la calidad de vida humana. Y, como usualmente suele suceder, lo que se ve es sólo la punta del iceberg, porque el 70% de los desechos que arrojamos al agua se encuentra en el lecho marino.
A este habitual problema de contaminación debemos sumarle ahora nuevos elementos que trajo consigo la pandemia de coronavirus, ya que se comienza a verse en las playas desechos relacionados con guantes y mascarillas, elementos relacionados para protegerse de un eventual contagio de covid 19.
¿Cómo disminuir el consumo de plásticos que llegan al mar?
Pequeñas acciones de todos pueden ayudar a preservar la indispensable biodiversidad marina que ayuda al balance de la vida en la Tierra. Desde Oceana, recomiendan eliminar el uso de vasos y recipientes de comidas desechables, sobre todo en bares, restaurantes y dependencias de la administración pública. Lo ideal sería comenzar a usar utensilios reutilizables.
Desde la organización también recomiendan reducir el consumo de toallas húmedas, eliminar la utilización de las anillas de plástico de los envases de bebidas y prohibir la suelta de globos, ya que cuando llegan a los mares son la principal causa de muerte de aves, tortugas y cetáceos.
Por otro lado, Oceana insta a empresas y gobiernos para que ayuden a disminuir el volumen de generación de residuos plásticos para reemplazar el uso de envases descartables por reutilizables. Según datos de la organización, para el 2025 un 70% de los envases de los productos que se comercializan deberían ser reutilizables.
Además, la organización plantea un impuesto al plástico para desalentar su uso y generar un protocolo de recolección de residuos en mares y océanos.