A partir de este año 2020, todos los colegios y escuelas italianas deben concienciar a los alumnos y alumnas sobre el cambio climático.
En la educación se encuentran las semillas de los ciudadanos del futuro, y así lo entiende el Ministerio de Educación de Italia que estableció la cantidad de 33 horas al año dentro del plan de estudio para estudiar problemáticas inherentes a la huella ambiental y el cambio climático, como parte de la materia Educación Cívica.
Este cambio en la currícula escolar de todo el país propuesto a finales de 2019, formaría parte de una estrategia gubernamental por posicionar a Italia como líder mundial en educación ambiental, en este sentido el ahora ex-ministro de Educación, Lorenzo Fioramonti, destacó los esfuerzos en la educación por la protección del medio ambiente.
“Todo el Ministerio está cambiando para poner la sostenibilidad y el clima en el centro del modelo educativo. Muchas asignaturas tradicionales como geografía, matemáticas y física, también se estudiarán desde la perspectiva del desarrollo sostenible”, declaró Fioramonti en una entrevista para la agencia de noticias Reuters.
Otro punto que incluirán en los planes de estudio a nivel nacional serán las políticas ambientales que se trabajan en la agenda de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU).
Para enfrentar el desafío de abordar el problema del impacto ambiental y la crisis climática del planeta, las autoridades educativas trabajan con un equipo de destacados asesores y científicos como Jeffrey Sachs, director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia, y el sociólogo estadounidense y activista por el cambio de la sociedad industrial a un sistema más sostenible, Jeremy Rifkin.
Desde la oposición, encabezada por partidos de derecha, se criticó ampliamente la propuesta de financiar la planificación de las nuevas materias con la legislación de dos impuestos que se aplicarán a la compra de boletos de avión y las ganancias por explotaciones petroleras.
La educación ambiental es fundamental para que realmente sea posible revertir la situación crítica de nuestro planeta. Ya no debería ser noticia, ni provocar sorpresa y menos aún resistencia de algunos sectores, eso demuestra cuánta falta de conciencia real existe en nuestra sociedad y cuánto necesitamos educarnos desde las bases. Por esta razón, es una luz de esperanza que la ecología comience a ocupar un lugar trascendente en la formación de niños y adolescentes en todo el mundo.