Vison en jaula (Foto: Adobe Stock)
En Dinamarca, 17 millones de visones están siendo sacrificados debido a una mutación del Covid-19. Los animales son criados en granjas para confeccionar vestimentas de piel.
Las autoridades sanitarias danesas detectaron desde junio de este año que unas 214 personas se infectaron con una mutación de este coronavirus que surgió en los visones.
Ahora bien, ¿la solución a esta situación pasa por sacrificar a estos animales o por generar legislaciones efectivas para prohibir definitivamente la cría de visones para uso comercial?
Cada año, más de 95 millones de visones, mapaches, zorros, y conejos son criados para luego ser sacrificados en todo el mundo, según advierte la organización internacional de protección de animales Four Paws (Cuatro Patas).
Las pieles de esos millones de ejemplares son usadas como material para confeccionar camperas y abrigos, pero sobre todo pompones de gorras y capuchas. Four Paws es una organización creada en 1988 en Viena, Austria, enfocada en el bienestar de animal, que considera a los animales como sujetos de derecho.
La prohibición general de la cría de animales con pelaje ha fracasado hasta ahora en algunos países, como es el caso de Finlandia y Dinamarca, donde las granjas de peletería constituyen un sector económico importante.
Sin embargo, desde las organizaciones proteccionistas de los derechos de los animales, se advierte que en vez de sacrificarlos habría que prohibir la cría de los visones en las granjas.
“Es necesario poner fin a la cría de pieles, en Europa y en todo el mundo», sostiene Henriette Mackensen, especialista en protección de especies de la Asociación Alemana de Protección de los Animales.
En Alemania la última granja de visones cerró en 2019 y este país dictó reglamentaciones para desalentar su producción, haciéndola económicamente inviable.
Four Paws, difundió un estudio en octubre de 2020, donde señala que en Alemania el 84% de las personas rechaza la cría y matanza de animales destinados a la producción de ropa para la industria de la moda.
En otros países como Gran Bretaña, Eslovenia, Bosnia y Hersegovina, Croacia, Austria, Serbia y en Macedonia, las granjas para crías están prohibidas. Francia anunció en septiembre de 2020 el fin de la cría de visones.
Después de los brotes masivos de COVID-19 en las granjas de visones, los Países Bajos también anunciaron el final de las granjas de pieles en agosto de 2020. Y se estableció que todos los criadores de visones deben dejar de operar antes del 1 de marzo de 2021.
Desde las organizaciones de defensa por los derechos de los animales insisten en que los mercados de vida silvestre deben cerrarse por razones de seguridad.
«La industria de la piel debe cerrarse, más si se considera su papel en la creación de COVID-19, esto debe investigarse lo más rápido posible”, consideró Thomas Pietsch, experto de vida silvestre de Four Paws.
Este enfoque coincide con el espíritu de la Declaración Universal de los Derechos del Animal de 1978: «Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia. Por eso tienen derecho a ser respetados».
La especie del animal humano no puede atribuirse el derecho a exterminar los otros animales o explotarlos, violando ese derecho a la existencia.
Los animales tienen conciencia y capacidad de sentir emociones. Y por lo tanto son sujetos de derechos, no se los puede someter a prácticas de sufrimiento o crueldad.
Así lo establece la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia, un manifiesto firmado y proclamado de forma pública el 7 de julio de 2012 en la Universidad de Cambridge, Reino Unido, concluyendo que los animales no humanos tienen conciencia.
En la Declaración de Toulum (Francia) también se propone que todas las constituciones de los estados nacionales consideren a los animales como personas no humanas, como seres sintientes y como sujetos de pleno derecho. Los animales son seres sintientes, no cosas.
Mientras organizaciones ambientalistas y partidos políticos españoles piden cerrar las granjas para la cría de visones, desde el Consejo General de Colegios Veterinarios piden cautela. Dicho consejo reconoció que «no es anormal» que este virus tenga mutaciones, pero pidió tranquilidad a la población.
La organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) de España solicitó al gobierno español el cierre urgente y definitivo de todas las granjas de visón americano existentes en este país.
WWF también reclamó la modificación del Real Decreto 630/2013, que regula el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, para que esta actividad quede definitivamente prohibida en todo el territorio español y cese el funcionamiento de las granjas existentes.
WWF estimó que “ya hay casi 300 granjas de visones registradas con brotes de coronavirus en al menos seis países distintos, incluida España, que sufrió el brote en Teruel (Puebla de Valverde)”.
Gemma Rodríguez, responsable del programa de especies de WWF España, afirma: «Pedimos al Gobierno que actúe de forma urgente cerrando este potencial foco de contagio de la Covid-19 para evitar repetir otra infección masiva como la ocurrida en la granja de La Puebla de Valverde (Teruel) con el sacrifico de casi 100.000 animales. Hay motivos de sobra para acabar con esta bomba sanitaria; en España tenemos 38 granjas de visones conocidas, que representan 38 bombas biológicas. No esperemos a que estallen como ha ocurrido en Dinamarca y antes también en Holanda”.
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