Si tienes pan duro acumulándose en tu cocina, con un poco de imaginación lograrás un plato increíblemente delicioso, digno de la mayor tradición culinaria traída desde Italia.
El pan, cuando recién sale del horno caliente y suave, ese trocito que degustaste en el coche saliendo de la panadería, con esa calidez y suavidad, se convierte en una tentación irresistible. Lo sabemos, y para evitar una tragedia familiar en una lucha por el último trozo, llegamos a comprar más de lo que realmente hace falta.
En determinado momento, a pesar de la felicidad de un estómago lleno, hasta el más delicioso de los panes, si no es comido, tiene un triste final sin redención alguna. Ese pan, escondido en el fondo de la alacena, tiene los momentos contados.
Como a nosotros no nos gusta nada desperdiciar alimentos, es hora de tomar cartas en el asunto del pan duro y crear algo delicioso. Si no estás sintiendo mucha fascinación al respecto, sigue leyendo, que en un momento vamos a lograr conquistarte con una receta proveniente de la cocina italiana de tradición, pero con una reinterpretación pequeña y deliciosa.
El jugoso plato italiano: las albóndigas de pan duro
Que levante la mano a quién no le gustan o no ha probado nunca las albóndigas con salsa. La versión italo-americana ha conquistado muchos paladares alrededor del mundo, aunque las italianas son directamente un símbolo. La escena en “Lilly and the Tramp”, o el cuento de Joe Bastianich en “Masterchef”, donde el empresario cuenta que su plato favorito es la albóndiga, iconos escenográficos de lo que las albóndigas y espaguetis representan.
Sin embargo, puedes preparar albóndigas deliciosas sin apelar a la carne. Ve a tu despensa y toma todo el pan duro que tengas. Esto es lo que necesitarás:
- 300 g de pan rallado
- Leche
- 2 huevos
- 2 cucharadas de pan rallado
- 3 cucharadas de queso parmesano rallado
- 300 ml de salsa de tomate
- sal
- pimienta
- ajo (opcional)
- albahaca fresca
Para hacer la masa, quita la corteza del pan y, en un bol, coloca toda la miga. Sumerge el pan en leche durante 5 minutos para ablandarlo; o el tiempo que haga falta para que quede suave. Una vez removida la leche y escurrido el exceso, añade el queso parmesano, pan rallado, dos huevos, sal y pimienta. Mezcla para lograr una masa lo suficientemente compacta para la heladera durante 30 minutos.
Mientras esperas, prepara la salsa en una sartén poco profunda con aceite de oliva, albahaca fresca y ajo si te gusta. Lo único que te falta es colocar las albóndigas en la sartén y cocina 20 minutos a fuego lento.