Una limpieza correcta depende siempre del producto que usemos y del agua con la que lavemos nuestro rostro. Para saber exactamente cómo llevar adelante un skin care adecuado tenemos para ti algunos consejos provenientes del País del Sol naciente.
Lamentablemente, no hay hasta la fecha ninguna solución mágica que elimine de un día para el otro todas las imperfecciones. Es por ello que constantemente estamos intentando corregirlas mediante rutinas de skincare que, al mismo tiempo, nos dan un momento de tranquilidad y relajación. Pero no cualquier forma de cuidar la piel es adecuada. Por el contrario, para hacer una diferencia real es necesario saber bien qué productos usar y cómo.
En promedio necesitamos unos 20 minutos para llevar a cabo una buena limpieza del rostro, pero no se trata solamente de algo mecánico. Es también un tipo de cuidado que hacemos de nuestra salud mental, al mismo tiempo que eliminamos esos granitos y manchas tan exasperantes. Pero no todo se soluciona con mascarillas.
Antes de pensar en sérums, packs y cremas, una limpieza correcta depende fundamentalmente del agua con la que lavemos nuestro rostro. Para saber exactamente cómo llevar adelante un skin care adecuado, tenemos para ti algunos consejos muy útiles.
El agua con gas es mucho mejor
Así es, el agua con gas puede ser de gran ayuda a la hora de realizar tu rutina diaria de belleza facial. Es algo que viene desde lejos, específicamente, de Japón y Corea del Sur, donde realmente se valora (incluso se adora) la posesión de una piel impoluta. Veamos a continuación cuáles son sus beneficios.
El agua con gas es, antes que nada, menos ácida que el agua corriente. En concreto, posee un pH bastante más compatible con la piel humana (5,5), lo cual evita el daño del cutis. Esto beneficia principalmente a aquellas personas de piel sensible, ya que no genera los mismos efectos que el agua corriente, entre ellos, sequedad alrededor de los ojos e irritación.
Asimismo, el agua carbonatada tiene propiedades vasodilatadoras, lo cual aumenta considerablemente la circulación y permite obtener, en consecuencia, una piel más saludable y de tono más uniforme. No obstante, teniendo en cuenta la emergencia hídrica que estamos atravesando actualmente y la contaminación que generan las botellas de plástico, es mejor «fabricar» nuestra propia agua con gas mediante algún dispositivo carbonatador.