No te preocupes si no puedes disfrutar de la lectura por falta de tiempo. Con unos pequeños consejos podrás volver a leer todos aquellos libros que se vienen acumulando en tu mesita de noche.
Cualquier lector que viva en estos tiempos acelerados conoce la desazón de seguir comprando libros, pero no consigue tiempo para leerlos; lo que puede ser peor, cuando consigue tiempo, no hay ganas. Cualquiera en esta situación puede sentir ese círculo vicioso entre tiempo y energía.
Al mismo tiempo, quién pudiera resistirse a comprar una novela nueva cuando es posible, sobre todo si salen con algún descuento en la librería o vienen acompañados con una fuerte recomendación. Pero si éste es el caso, cómo puede ser que no haya tiempo para leer ni si quiera un renglón?
El principal problema es el tiempo. Aunque se trata de una actividad en extremo relajante, implica abstraerse un poco de la realidad. Esto es algo elogiable, pero rara vez podemos llevarla a cabo con el estilo de vida actual. Entre el trabajo, el estudio, quizás nuestro negocio, el tiempo que pueda quedar no se ve acompañado de ganas para sentarse a leer.
Sabemos que leer, implica un estado mental de total inmersión que, sin concentración, es imposible. Imaginación y creatividad son implicancias de la lectura, pero también poner freno a una sociedad cada vez más sobreexcitada y estimulada. Pero, con unos pocos trucos puedes volver a disfrutar de la lectura de esos libros que sólo están acumulando polvo en la mesita de luz.
Astucia y tiempo para volver a leer
Más allá del lugar y el tiempo, los placeres deben nutrirse. Son estos placeres los que nos mantienen con vida y no podemos renunciar a ello sin pelear. Vamos con algo bastante evidente, pero que, en profundidad, no lo es. Si no paras de pensar en ese libro que hace rato quieres devorar, deja todo lo demás y embárcate en la lectura. Motivar la curiosidad es vital para arrancar.
La lectura implica planeación de tiempo y no siempre es posible en nuestras vidas. El único riesgo que corremos es seguir y seguir posponiendo nuestros placeres. Si sólo cuentas con 10 minutos, incluso en un lugar muy poblado, no abandones la lectura.
Si el caso es que estás leyendo un libraco considerablemente grande, podría ser un problema para llevar de un lugar a otro. La solución más cómoda, práctica y ecológica es llevar a cabo una conversión a los libros electrónicos que te permite leer de noche sin luz.
Recuerda programar tus tiempos para la lectura. Por ejemplo, durante la noche después de un día largo, reserva al menos 30 minutos para hacer que tu pasión se convierta en un hábito.
Si consideras que el bloqueo que sientes con la lectura es muy fuerte, empieza con libros cortos que no superen las 100 páginas. “Novecento” de Alessandro Baricco, “La bella estate” de Cesare Pavese, son buenas opciones para ello.